Este martes, tras el incendio que destrozó parte de la Catedral de Notre Dame en París, el Papa Francisco envió un telegrama al arzobispo de esa ciudad, Michell Aupetit.

"Tras el incendio que devastó gran parte de la catedral de Notre Dame, me uno a su tristeza, así como a la de los fieles de su diócesis, los habitantes de París y todos los franceses. En estos Días Santos, donde recordamos la pasión de Jesús, su muerte y su resurrección, les aseguro mi cercanía espiritual y mi oración", expresó el Sumo Pontífice.

"Este desastre dañó seriamente un edificio histórico. Pero me doy cuenta de que también ha afectado un símbolo nacional muy querido en los corazones de los parisinos y franceses en la diversidad de sus creencias", continuó haciendo referencia a ese edificio como "la joya arquitectónica de una memoria colectiva, el lugar de reunión de muchos eventos importantes, el testimonio de la fe y la oración de los católicos en la ciudad".

Además, agradeció el “valor y el trabajo de los bomberos que intervinieron para circunscribir el fuego” y deseó que “la catedral de Notre Dame pueda volver a convertirse, gracias a los trabajos de reconstrucción y la movilización de todos, este hermoso casco en el corazón de la ciudad. Un signo de la fe de quienes la construyeron, la iglesia madre de su diócesis, el patrimonio arquitectónico y espiritual de París, Francia y la humanidad".

Alessandro Gisotti, director de la oficina de prensa del Vaticano comunicó, vía Twitter que “el Papa está cerca de Francia, reza por los católicos franceses y por el pueblo de París en el choque del terrible incendio que asoló la Catedral #NotreDame. Él asegura sus oraciones a todos aquellos que se esfuerzan por lidiar con esta trágica situación”.

Posteriormente, fue el propio Papa Francisco el que hizo uso de su red social: “Hoy nos unimos en oración al pueblo francés, mientras esperamos que el dolor por los graves daños se transforme en esperanza mediante la reconstrucción. Santa María, Nuestra Señora, ruega por nosotros. #NotreDame”, escribió.