Controvertido, carismático y provocador. Así es Donald John Trump, candidato por el Partido Republicano a reelegir en la Casa Blanca el próximo 3 de noviembre, fecha en que se realizarán las elecciones presidenciales en el país del norte.

Cuando fue electo presidente, Trump era un completo "intruso" en la casta política estadounidense: no tenía cargos previos, ni realizó el servicio militar. Pese a ello, tiene dos particularidades: es el presidente más anciano en asumir el cargo en la historia de su nación, a los 70 años, y es el quinto presidente que llega a serlo sin haber ganado el voto popular, por el sistema electoral indirecto que funciona en Estados Unidos.

Antes de dedicarse a la política, el actual primer mandatario era empresario en el sector desarrollista inmobiliario. Son reconocidas en todo el mundo sus torres, clubes, campos de golf, hoteles y casinos, que llevan su nombre ya sea porque la Trump Organization (la empresa familiar que él encabeza y heredó de su madre) las administra o porque arrienda su nombre a otras organizaciones. Además, fue dueño hasta 2015 de los concursos de belleza Miss Universo y Miss Estados Unidos, y participó en el reality show El Aprendiz.

Luego de considerar por años nominarse a la candidatura presidencial, ganó las primarias republicanas en 2016 luego de que otros dieciséis candidatos se fueran retirando a medida que Trump se convirtiera en el favorito. En una de las campañas más polarizadas de la historia política del país, el nominado republicano recibió gran atención mediática y era reconocido por dar declaraciones polémicas e incluso verificadas como falsas. Además, se cuestionaron los vínculos entre la campaña de Trump y el gobierno ruso en su interferencia electoral, cosa que aún es materia de investigación.

A las pocas semanas de arribar a la Casa Blanca, Trump comenzó con medidas controvertidas. En política doméstica, ordenó prohibir la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de naciones con mayoría musulmana. También concretó una reforma tributaria que benefició a las familias estadounidenses pero en mucha mayor proporción a los ricos. Eliminó la obligatoriedad del seguro de salud individual gratuito (la ley de salud asequible o "Obamacare"). Permitió que se extrajera petróleo del Refugio de Vida Silvestre del Ártico, reconocido por su gran biodiversidad. Nombró dos jueces de la Corte Suprema: Neil Gorsuch y Brett Kavanaugh, y semanas antes de terminar su mandato -con pocas certezas sobre si renovará su cargo- pretende nombrar a una tercera, Amy Coney Barret, para lograr una composición con mayoría conservadora del máximo tribunal.

En cuanto a política internacional, no sin razón, sus detractores lo llaman "el salidor en jefe": apoyado en una mirada política populista y nacionalista estadounidense, la America First (Estados Unidos primero), hizo que Estados Unidos se retirara del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, del Acuerdo de París sobre cambio climático, del tratado bilateral con Rusia sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (START 3), del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) y del acuerdo sobre el programa nuclear de Irán.

También con esa perspectiva renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) e impulsó su reemplazo por el Tratado México - Estados Unidos - Canadá (T-MEC), que introdujo cambios en las reglas de origen de la industria automotriz, en el marco laboral, en el comercio digital, la agroindustria, la propiedad industrial de medicamentos biológicos, medioambiente y combate a la corrupción. El acuerdo fue particularmente beneficioso para los Estados Unidos, y perjudicó la posición de las otras dos naciones.

La guerra comercial con China es otro punto destacado de su política exterior, que inició con la imposición de aranceles de importación a diversos productos del país oriental, aunque tiene restricciones similares con México, Canadá y la Unión Europea. También dio marcha atrás con el deshielo a Cuba iniciado por su antecesor Barack Obama y es conocida la postura del actual presidente sobre la crisis en Venezuela, contraria al gobierno de Nicolás Maduro en el país caribeño.

Paradójicamente, Trump estuvo nominado al Premio Nobel de la Paz 2020 por su impulso al acuerdo alcanzado entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, que meses atrás marcó el comienzo en la normalización de relaciones diplomáticas, lo que seguramente abrirá el camino para la mejora de los vínculos entre Israel y otras naciones árabes.