Casi todas las muestras de uvas y naranjas de Reino Unido contienen un “cóctel de pesticidas” según un estudio oficial publicado ayer, que ha identificado las frutas y verduras más contaminadas de los carritos de compras.

Cada año, el gobierno británico analiza muestras de comestibles en busca de productos químicos para verificar qué rastros encuentran en la comida del reino.

Las cifras oficiales, analizadas por Pesticide Action Network (PAN), encontraron 122 pesticidas diferentes en los 12 productos más contaminados, lo que esta ONG llama desde el año pasado "la sucia docena”. 

La mayoría de los agroquímicos encontrados son definitivamente peligrosos para la salud humana: 61% están clasificados como plaguicidas altamente peligrosos (HHP por sus siglas en inglés), un concepto utilizado por la ONU para identificar aquellas sustancias más dañinas para la salud humana o el medio ambiente.

La lista de pesticidas incluye 47 vinculados al cáncer, 15 “toxinas reproductivas o del desarrollo” que pueden tener efectos adversos sobre la función sexual y la fertilidad, y 17 inhibidores de colinesterasa que pueden dañar el sistema respiratorio y causar confusión, dolores de cabeza y debilidad. Se sospecha que una cuarta parte de los pesticidas encontrados son disruptores endócrinos que pueden interferir con los sistemas hormonales, causando una variedad de problemas de salud que incluyen defectos de nacimiento y trastornos del desarrollo.

Cada fruta o verdura en la lista analizada contenía dos o más tipos de pesticidas, y algunas, hasta 25. Aunque los niveles de pesticidas individuales están dentro de los límites legales, los especialistas temen que la combinación de múltiples químicos pueda ser particularmente dañina para la salud de las personas. Es que no existen estudios verificando la acción combinada de esos productos sobre la salud.

Nick Mole de PAN UK dijo: “Estas cifras destacan la amplia gama de sustancias químicas a las que estamos expuestos diariamente a través de nuestra dieta. Si bien se siguen estableciendo límites de seguridad para un solo pesticida a la vez, crece la evidencia de que los químicos pueden combinarse para ser más tóxicos, un fenómeno conocido como efecto cóctel”.

También hay lagunas en los datos. Este año, el gobierno decidió dejar afuera del estudio a 9 de los 12 tipos de frutas y verduras de la “sucia docena” del año pasado. Las frutillas, los limones y las ensaladas preenvasadas, que encabezaban la lista 2020, no se probaron, por lo que no hay forma de saber si se redujo la cantidad de pesticidas en estos productos.

Las recomendaciones para consumidores

Un portavoz del PAN dijo que no hay forma real de evitar la ingestión de pesticidas, aparte de hacer campaña para reducir su uso.
“La mejor forma de que la gente evite los pesticidas es comprando productos orgánicos. Por supuesto, casi nadie en el Reino Unido puede permitirse económicamente o acceder a una dieta totalmente orgánica, por eso publicamos estos datos, para ayudar a los consumidores a priorizar qué productos deben evitar”, dijo.

“El lavado puede eliminar algunos residuos en la piel de un producto (que a menudo serán fungicidas utilizados para evitar que se pudran durante el almacenamiento y transporte). Sin embargo, muchos pesticidas modernos son lo que se denomina "sistémicos", es decir, son absorbidos por la planta y distribuidos por sus tejidos, llegando a cualquier fruto o flor. Como resultado, los residuos de pesticidas a menudo están contenidos dentro del cuerpo del producto en sí y, por lo tanto, el lavado de la superficie no los eliminará".

También se recomienda que los consumidores compren en los países de la UE, así como en el Reino Unido, ya que la UE tiene, por lejos, el régimen de pesticidas más protector del mundo y es mucho más probable que prohíba un pesticida debido a la preocupación por los daños que causa. Que queda para los países del tercer mundo……

También hay implicancias ambientales: la mitad de los 12 plaguicidas principales encontrados son contaminantes de las aguas subterráneas, lo que significa que persisten en los cuerpos de agua, afectando potencialmente la biodiversidad acuática o la calidad del agua potable.

Entre los productos encontrados en este estudio, se destacan el ya conocido glifosato, pero con mayor presencia y distribución, el imazalil, el clorpiriphos, el 2,4 D, varios neonicotinoides y el difenconazol, todos ellos productos autorizados en Argentina para las mismas aplicaciones que en la Unión Europea.