Las corridas de toros en la ciudad de México fueron suspendidas indefinidamente, según la resolución del titular del Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa, Jonathan Bass Herrera, quien concedió la suspensión a pedido de la asociación Justicia Justa.
La organización había interpuesto a finales de mayo un amparo contra los espectáculos taurinos al considerar que los animales son objeto de tratos crueles.

Inmediatamente de conocido el fallo, la empresa La México, administradora del recinto “Plaza México”, un coloso con capacidad para 50.000 espectadores, informó que agotará todas las instancias legales a su alcance, a favor de la Tauromaquia.
Asimismo, señaló que diferirá la celebración de las corridas programadas y continuará con la defensa legal de las costumbres y tradiciones mexicanas.

“La México, orgullosamente la plaza más grande del mundo, confía en que la Tauromaquia seguirá adelante proveyendo empleo y forjando nuestra identidad, siempre apegada y respetando los derechos y preferencias de cada persona y alejada de visiones individualistas que afectan nuestras tradiciones y valores culturales” dicen en el comunicado que transcribió el periódico mexicano El Universal.

El debate arde entre quienes defienden la continuidad de la práctica y quienes sostienen que es una práctica perversa. En México, los defensores de la tauromaquia argumentan que la actividad tiene rango constitucional. Los argumentos en contra están en boga en todo el mundo y son puntillosamente detallados por el juez.

El fallo

La resolución del juez tiene más de 50 páginas en las que evalúa los antecedentes sobre el tema y se detiene sobre los reportes que detallan, pormenorizadamente, “el dolor excesivo y agónico que culmina con la muerte por hemorragias severas o paros respiratorios” de los toros.

Asume que las corridas implican “la contravención al derecho a un medio ambiente sano” al ocasionar “la muerte injustificada, los tratos crueles y los sufrimientos innecesarios de los toros de lidia”.
El juez caracteriza a las corridas como “una actividad recreativa en la que se lastima, se tortura y finalmente se mata a un animal”, para luego declarar: “La sociedad se encuentra interesada en que se respete la integridad física y emocional de todos los animales porque son seres vivos que conforman los ecosistemas y que, por consiguiente, contribuyen con servicios ambientales que resultan esenciales para el ser humano”.

Lo cierto es que los toros de lidia son criados específicamente para este fin y los criadores dicen que se extinguirán si se prohíbe la tauromaquia definitivamente además de estimar que, de continuar las prohibiciones, se perderán más de 30.000 empleos directos y una cantidad inestimada de actividades indirectas.

En el resto de México y del mundo

La suspensión afecta exclusivamente al estadio Plaza México de la capital, pero abre la puerta a que otras asociaciones en otros estados de México puedan utilizarla como jurisprudencia. 

Al menos en tres estados (Sonora, Guerrero y Coahuila) las corridas ya han sido también suspendidas. En contraposición,  son siete los estados (Aguascalientes, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Zacatecas, Michoacán y Guanajuato) que han declarado a la actividad como bien cultural y material, pese a la creciente oposición que se viene generando. 
En Hispanoamérica también, se realizan corridas en Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela.

La tauromaquia en sus diferentes modalidades está presente en Europa, de donde es originaria la práctica, celebrándose corridas de toros en España, Portugal​ y en algunos departamentos del sur de Francia.​
​En otros países, por ejemplo China, Filipinas y Estados Unidos,  también se celebran corridas de toros pero como eventos excepcionales.