El mayor impacto que las personas pueden aportar en la lucha contra el cambio climático es tener un hijo menos, según un estudio que identifica las formas más efectivas en que las personas pueden reducir sus emisiones de carbono.

El impacto de menos bebés supera con mucho a las demás medidas que pueden contribuir a mitigar el cambio climático. Las acciones que siguen por su contribución son: prescindir del automóvil particular, evitar los vuelos largos y seguir una dieta vegetariana.

Estas medidas reducen las emisiones muchas veces más que las actividades ecológicas que más se difunden, como la selección de materiales para reciclado, el uso de lámparas de bajo consumo o secar la ropa colgándola. A pesar de esto, las acciones de alto impacto rara vez se mencionan en los consejos de gobiernos y en libros de texto escolares, según encontraron los investigadores.

Las emisiones de carbono deben caer a dos toneladas de CO2 por persona para 2050 para evitar un calentamiento global severo. Ese promedio ronda hoy las 4,9 toneladas per cápita en el mundo, aunque claramente hay países mucho más contaminantes: una persona estadounidense emite 15.7 toneladas al año (3 veces más que el promedio mundial!!) y quienes habitan en Rusia emiten 12.3 toneladas. Argentina está apenas por debajo del promedio mundial, con 4,7 toneladas per cápita al año. 

"Obviamente, es un cambio realmente grande y queríamos mostrar que las personas tienen la oportunidad de ser parte de eso", dijo Kimberly Nicholas, de la Universidad de Lund en Suecia, integrante del equipo de investigación.

El estudio, publicado en Environmental Research Letters, establece el impacto de diferentes acciones sobre una base comparable. Por lejos, el mayor impacto final es tener un hijo menos, lo que los investigadores calcularon equivale a una reducción de 58 toneladas de CO2 por cada año de vida de los padres.

La cifra se calculó sumando las emisiones del niño y todos sus descendientes, luego dividiendo este total por la vida útil de los padres. A cada padre se le atribuyó el 50% de las emisiones del niño, el 25% de las emisiones de sus nietos, etc.

El gráfico muestra cuánto CO2 se puede ahorrar mediante una variedad de acciones diferentes.

Disminución de emisiones (en Toneladas de CO2/año) de diferentes acciones. Gráfico: The Guardian, en base a datos del trabajo citado
Disminución de emisiones (en Toneladas de CO2/año) de diferentes acciones. Gráfico: The Guardian, en base a datos del trabajo citado

Los investigadores analizaron docenas de fuentes de Europa, América del Norte y Japón para calcular los ahorros de carbono que pueden hacer las personas en las naciones más ricas. Descubrieron que deshacerse de un automóvil ahorra 2,4 toneladas de emisiones al año, evitar un vuelo transatlántico ahorra 1,6 toneladas y volverse vegetariano ahorra 0,8 toneladas al año.

“Reconocemos que estas son elecciones profundamente personales. Pero no podemos ignorar el efecto climático que realmente tiene nuestro estilo de vida”, dijo Nicholas. “Es nuestro trabajo como científicos informar honestamente los datos. Como un médico que ve que el paciente tiene mala salud y puede que no le guste el mensaje 'fumar es malo para usted', nos vemos obligados a confrontar el hecho de que los niveles de emisiones actuales son realmente malos para el planeta y la sociedad humana”.

“En la vida, hay muchos valores sobre los que las personas toman decisiones y el carbono es solo uno de ellos”, agregó. “No tengo hijos, pero es una elección que estoy considerando y discutiendo con mi prometido. Debido a que nos preocupamos tanto por el cambio climático, sin duda será un factor que consideremos en la decisión, pero no será el único ".

Nicholas dijo que muchas de las opciones también tuvieron efectos positivos, como una dieta más saludable, ya que el consumo de carne en los países desarrollados es aproximadamente cinco veces mayor que el recomendado por las autoridades sanitarias. Un transporte más limpio también reduce la contaminación del aire, y caminar y andar en bicicleta pueden reducir la obesidad. “No es un mensaje de sacrificio”, dijo.

“Estamos tratando de encontrar formas de vivir una buena vida de un modo tal que quede una buena atmósfera para el planeta. Me pareció muy positivo hacer muchos de estos cambios". Nicholas dijo que las acciones de bajo impacto, como el reciclaje, aún valían la pena: “Todas esas son cosas buenas. Pero son más un comienzo que un final. Ciertamente, no son suficientes para abordar la magnitud del desafío climático al que nos enfrentamos”.

Los investigadores encontraron que entre los consejos gubernamentales en los Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Australia rara vez mencionaron las acciones de alto impacto; solo la UE sugiere comer menos carne y solo Australia sugiere vivir sin un automóvil. Ningún gobierno y organización internacional, propone poner el asunto sobre la población pero es claro que este dato refuerza la noción de que hace mucho que el planeta superó la cantidad de habitantes que, con los actuales estilos de vida, es capaz de sostener.