El presidente de Sri Lanka, Gotabaya Rajapaksa, abandonó el país la madrugada del miércoles en un avión militar y llegó a Maldivas, donde se presume que formalizará su dimisión, tras meses de protestas generalizadas por la peor crisis económica de la historia nacional.

Tras la huida del mandatario, quedó a cargo del país el primer ministro Ranil Wickremesinghe, pero miles de manifestantes desafiaron los gases lacrimógenos, cañones de agua y la declaración de un estado de emergencia e irrumpieron en su oficina exigiendo que también renuncie.

Hombres y mujeres rompieron la barrera impuesta por los militares y penetraron en el despacho del primer ministro agitando banderas del país, señalaron testigos a AFP.

Otro grupo de manifestantes irrumpieron también en la sede del principal canal de televisión público de Sri Lanka y aparecieron brevemente en emisiones al aire, según imágenes de esa cadena.

Un grupo ingresó a la casa de gobierno de Sri Lanka. Foto Reuters
Un grupo ingresó a la casa de gobierno de Sri Lanka. Foto Reuters

El sábado, una multitud invadió el palacio presidencial, precipitando la huida del mandatario Rajapaksa, que este miércoles por la mañana huyó en avión a la vecina Maldivas.

El primer ministro Wickremesinghe, nombrado presidente interino según anunció el Parlamento, pidió al ejército y a la policía “que hagan lo necesario para restablecer el orden”, en una declaración televisada, en medio de la peor crisis registrada en la historia de esa isla, ubicada al sur de India.

Los manifestantes “quieren impedir que cumpla con mis responsabilidades como presidente en funciones. No podemos permitir que los fascistas tomen el control”, señaló.

Antes, un portavoz de su oficina indicó que se declaraba el estado de emergencia para hacer frente a la situación del país, mientras que la policía anunció un toque de queda por tiempo indeterminado en la provincia occidental, donde está Colombo, la capital, para contener las protestas.

Manifestantes dentro de la casa de gobierno. Foto: Reuters
Manifestantes dentro de la casa de gobierno. Foto: Reuters

La Constitución prevé, en caso de renuncia del presidente, que el primer ministro asuma ese cargo de manera interina hasta la elección por parte del Parlamento de un diputado que ejercerá el poder hasta el final del mandato en curso, es decir noviembre de 2024.

La huida de Rajapaksa tras las multitudinarias protestas

El presidente renunciante, de 73 años, partió junto a su esposa y un guardaespaldas a bordo de un avión Antonov-32 que despegó del aeropuerto internacional de Colombo, aseguraron funcionarios de migración.

“Se sellaron sus pasaportes y embarcaron en el vuelo especial de la fuerza aérea”, dijo un funcionario a la AFP.

En tanto, desde el aeropuerto de Malé, la capital de Maldivas, confirmaron la llegada de Rajapaksa, quien fue trasladado a un sitio no revelado después de aterrizar en ese archipiélago situado al sureste de Sri Lanka, en el océano Índico.

Gotabaya Rajapaksa debió huir del país tras las protestas multitudinarias. Foto: democracynow.org
Gotabaya Rajapaksa debió huir del país tras las protestas multitudinarias. Foto: democracynow.org

El avión estuvo retenido durante más de una hora en la pista sin poder despegar tras una confusión sobre el permiso para aterrizar en las Maldivas, según funcionarios del aeropuerto.

“Hubo momentos de tensión pero al fin y al cabo todo terminó bien”, indicó un responsable del aeropuerto que no quiso revelar su identidad.

Al mismo tiempo, la multitud continuaba agolpándose en el palacio presidencial en una atmósfera festiva: “La gente está muy contenta, porque esas personas robaron a nuestro país”, explicó Kingsley Samarakoon, un empleado público jubilado de 74 años. “Robaron demasiado dinero, miles y miles de millones”, agregó.

En su huida, el presidente esrilanqués dejó atrás un maletín lleno de documentos y con 17,85 millones de rupias (49.000 euros), que ahora están bajo custodia de las autoridades.

Rajapaksa está acusado de una mala gestión de la economía, llevando al país al caos y a una crisis profunda por la falta de divisas, lo que hace imposible financiar las importaciones de productos esenciales para la población de 22 millones de habitantes.

Sri Lanka declaró una moratoria de su deuda por 51.000 millones de dólares en abril y está en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir un préstamo.

Además, el país casi agotó sus reservas de combustible y el gobierno ordenó el cierre de las administraciones no esenciales y de las escuelas para reducir los desplazamientos.

Fuentes: Télam e Infobae