Rusia y Ucrania harán este miércoles un nuevo intento por acercar posiciones en las negociaciones que mantienen en busca de detener la guerra, mientras la ofensiva de las tropas rusas golpeó ya el centro de Kiev y logró el control de otras ciudades y Turquía encara otra apuesta en su pretendido rol de mediador y se multiplican las sanciones cruzadas entre Moscú y occidente.

"Hay contradicciones de principio. Pero, ciertamente, hay espacio para el compromiso", escribió en su cuenta de Telegram el asesor del jefe de la oficina presidencial ucraniana, Mijaíl Podoliak, que fue quien reveló que las charlas continuarán el miércoles.

La cuarta ronda de negociaciones se inició el lunes por videoconferencia, tuvo una suerte de corte técnico y volverá el miércoles, con algo más de optimismo de las dos partes, aún cuando persisten las diferencias.

"En las primeras rondas, Rusia no estaba dispuesta a escuchar nuestra posición, daba ultimátums: Ucrania debe rendirse, deponer las armas, nuestro presidente firmará una capitulación. Ahora Rusia se expresa de forma un poco diferente", expresó, para alimentar esa esperanza, el jefe adjunto de la Presidencia ucraniana, Ígor Zhovkva, según dijo al canal de televisión N24.

Zhovkva, que se declaró “moderadamente optimista”, introdujo un elemento que hasta acá nadie había mencionado: la participación directa en las conversaciones de los presidentes Vladimir Putin y Volodimir Zelenski.

“Entendemos que un gran avance en estas negociaciones llegará con la participación de los jefes de Estado", señaló Zhovkva, que remarcó que Zelenski está “preparado para conversar” con Putin, con la participación de otros líderes, que puede ser el canciller de Alemania, Olaf Scholz “o el jefe de Gobierno de otro país europeo".

Zhovkva subrayó que Kiev "no tiene tiempo" para más conversaciones a nivel de delegaciones porque "cada hora, cada minuto están muriendo ciudadanos, soldados y civiles".

En esa intención de acercar posturas parece ir la admisión de Zelenski de que su país finalmente no podrá sumarse a la OTAN, un reclamo central de Moscú.

"Nos hemos dado cuenta de que Ucrania no será miembro de la OTAN. Somos gente razonable", sostuvo Zelenski, para quien “si no se puede entrar por la puerta grande, entonces tenemos que cooperar con las organizaciones con las que sí podemos, con las que sí nos ayudarán a protegernos”.

Mientras, los primeros ministros polaco, checo y esloveno estuvieron este martes en Kiev, adonde llegaron en tren, para reafirmar el "apoyo inequívoco" de la UE en Ucrania, según contó en redes el jefe de Gobierno polaco, Mateusz Morawiecki.

"Debemos detener esta tragedia que se desarrolla en el Este lo antes posible. Por eso, junto con el viceprimer ministro (polaco) Jaroslaw Kaczynski, y los primeros ministros Petr Fiala (checo) y Janez Jansa (esloveno), estamos en Kiev", escribió Morawiecki en Facebook.

Poco después, el polaco Kacynski pidió una "misión de paz" de la OTAN, "protegida por las fuerzas armadas" para ayudar a Ucrania.

Por otra parte, el ministro de Relaciones Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, estuvo este martes en Rusia y se dirigirá después a Ucrania con la idea de acercar posiciones y lograr un cese el fuego, según reveló el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, con la abierta pretensión de insistir en su rol de mediador, después de reunir la semana pasada a los dos cancilleres beligerantes.

"Estamos enviando a nuestro ministro de Relaciones Exteriores a Rusia este martes. Él sostendrá conversaciones en Moscú mañana. Viajará a Ucrania el jueves", dijo Erdogan a periodistas después de una reunión del gabinete.

En el terreno de combate, nuevos bombardeos de las tropas rusas golpearon con ferocidad el centro de Kiev, donde destruyeron al menos tres edificios y causaron tres muertos, mientras Naciones Unidas anunció que más de 3 millones de personas huyeron de Ucrania en los 20 días que lleva la operación militar rusa, entre ellos casi un niño por segundo.

El Gobierno de Rusia afirmó que ya controla toda la provincia de Jerson, en el sur ucraniano, y el alcalde de Kiev, Vitali Klichkó, anunció un toque de queda de 36 horas en la capital desde la noche local debido a la situación "difícil y peligrosa" que vive la ciudad.

"Hoy es un día difícil y peligroso", dijo el funcionario en un comunicado, y explicó que la circulación en la ciudad está prohibida desde las 20 locales (las 15 en la Argentina) hasta las 7 (las 2) del jueves.

Uno de los bombardeos de este martes en Kiev provocó un gran incendio y un esfuerzo de rescate en un edificio de departamentos de 15 pisos en un distrito occidental de la ciudad, en el que al menos una persona murió.

La explosión dañó también la entrada a una estación de subte del centro que se utilizaba como refugio antiaéreo. Las autoridades de la ciudad difundieron una imagen de la fachada volada y dijeron que los trenes ya no se detendrían en la estación.

Además, al menos otras dos personas murieron este martes por la mañana en ataques contra zonas residenciales de Kiev, parcialmente rodeadas por las tropas rusas.

Fuente: Télam.