Uruguay comenzó este lunes a aplicar una tercera vacuna de refuerzo del laboratorio Pfizer a los ciudadanos que fueron inoculados con la Coronavac.

Aunque aún no hay estudios sobre esa combinación los expertos locales que asesoran al gobierno uruguayo la consideran segura y necesaria frente a posible llegada de una nueva ola por la variante Delta del coronavirus.

De este modo, el gobierno uruguayo no acató la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pidió posponer la administración de terceras dosis hasta que los países más retrasados vacunen al menos al 10% de su población.

Alrededor de un tercio de los 3,5 millones de habitantes de Uruguay ya se anotaron para vacunarse tras haber recibido dos inyecciones del inmunizante del laboratorio chino Sinovac.

El objetivo de las autoridades al aprobar el refuerzo es aprovechar que todavía no hay circulación comunitaria de la variante Delta para construir un muro de protección inmunológica.

Uruguay se convierte en el tercer país de América Latina, luego de Chile y República Dominicana, en reforzar una vacuna de virus inactivado (Sinovac) con una dosis de ARN mensajero (Pfizer), pese a que aún no hay estudios sobre la mezcla de estas dos plataformas.

El Gobierno de Luis Lacalle Pou tomó la decisión tras la recomendación de la Comisión Nacional Asesora de Vacunas y un grupo ad hoc, mientras la comunidad científica no se cansa de repetir que la combinación es segura.

De acuerdo a un estudio del Ministerio de Salud Pública uruguayo, en más de cuatro millones de dosis administradas hasta el 15 de julio, los porcentajes de efectos adversos supuestamente atribuibles a la inmunización fueron de 0,02% para Coronavac y 0,06% para Pfizer.

Los más frecuentes fueron dolor en el sitio de la inyección, dolor de cabeza, dolores musculares, malestar general, diarrea, temblores, cefalea, decaimiento y espasmo-bronquial.