A sus 58 años, Ivanna Madruga tiene perfil de personaje. Desinhibida y muy espontánea, la nacida en Río Tercero, el pago que actualmente la contiene, estuvo en los estudios de Canal 10, en el programa Entre Nosotros, Rebeca, hablando de lo que fue su vida de tenista, desde la niñez tomando por primera vez una raqueta hasta los 26 años, cuando prematuramente decidió dejar la actividad porque ya no la satisfacía.

Ivanna fue una de las primeras abanderadas del tenis argentino. Fue una de las primeras mujeres en salir al mundo a competir con las mejores. "En mis épocas de infantiles y juveniles siempre jugaba contra tenistas mayores que yo porque a las de mi edad, les ganaba fácil", explicó.

Fue número uno de Argentina a los 16 años. Su recorrido por el exterior empezaba en marzo y terminaba en setiembre. "Jugaba sólo seis meses. Todos me decían porqué no jugaba más, así tenía mejor ranking. Y yo les contestaba que extrañaba, que quería volver a mi casa".

Dueña de una comunicación sencilla, casi campechana, reivindica su condición de actual aficionada al golf y remarca la falta de compromiso de los chicos a la hora de aprender y mejorar en la práctica del tenis.

Al respecto, dice: "Vienen a hablarme los padres de los chicos para preguntarme porque no mejoran en su juego. Y yo les digo que no mejoran porque son unos pelotudos. No entrenan. No tiene dedicación ni ganas de progresar. Les falta sacrificio. Deben saber que todo debe doler. Para llegar al triunfo algo tiene que doler".

Ivanna Madruga recordó algunas anécdotas de su experiencia internacional, ya sea en partidos, en relaciones con otras jugadoras o en la detección de talentos, tal como le sucedió cuando le pidieron una opinión acerca de una chica que le pegaba muy fuerte a la pelota con el brazo derecho. Su respuesta fue positiva. La joven aprobada por Ivanna fue nada más y nada menos que Steffi Graff, la alemana que más tarde dominó el tenis femenino en los años 80.

Mirá el reportaje a Ivanna Madruga en Canal 10.