Dentro del centenar de futbolistas que vistieron, de manera profesional, tanto la camiseta de River como la de Boca, hay un grupo que fue parte de intercambios de manera directa, que aún hoy retumban en los memoriosos.
La situación se dio entre fines de 1984 y principios del año siguiente, cuando Ricardo Gareca y Oscar Ruggeri, en conflicto con Boca, dejaron el club para ir al clásico rival. A la inversa, Carlos Tapia y Julio Olarticoechea abandonaron River y recalaron en el Xeneize.
Hoy, en una jornada tan peculiar para ambas entidades, el 'Vasco' dice tener "el mejor de los recuerdos de los dos clubes", donde además dejó su huella. En el 'Millonario' hizo un gol clave ante Ferro en la final del Nacional 1981, y en el 'Azul y Oro' llegó a ser capitán.
"Todo lo que va a pasar lo viví, sé lo que es y por eso lo disfruté. Para los dos la situación es la misma en cuanto a la pasión, la responsabilidad y las presiones. Pero el resultado final, el que sea que gane, es para siempre... eso no se olvida nunca más", dice quien dirigiera al seleccionado argentino Sub 23 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Con autocrítica, señala recordar que 1983 fue "un año muy malo" en la parte futbolística, mientras estaba en River, porque "ese año empezamos a entrenar con (Carlos Salvador) Bilardo, que nos mataba físicamente". Como las casualidades a veces no son tales, el Doctor lo tuvo en cuenta poco después, en su primera convocatoria tras ser designado en la Selección, y lo hizo parte importante de los Mundiales 1986 y 1990.
Por su experiencia como entrenador, Olarticoechea indicó que ni Gallardo ni Barros Schelotto tienen nada para esconder, porque "se conocen mucho" y, en virtud de no confirmar los titulares, "un nombre no cambia las características de un equipo".
Eso sí, sobre los DT, dejó en claro que quien triunfe y festeje en el Monumental será un nombre que "va a tomar mucha dimensión".