Según el fiscal general de La Plata, Héctor Bogliolo, los cinco integrantes del Fiat Spazio que tuvo un trágico final, iban “cantando y bailando”, en las calles de San Miguel del Monte, provincia de Buenos Aires.

A la información, objetiva, la brindaron las cámaras de seguridad, que algunos integrantes de la Policía Bonaerense intentaron ocultar.

La investigación del caso confirmó que hubo una persecución de las fuerzas de seguridad, disparos incluidos. Uno de los fallecidos, inclusive, tenía la bala de una nueve milímetros en el glúteo.

Los fallecidos

Cada uno con su historia, inocencia mediante, las muertes de tres adolescentes y un joven tienen mucha impotencia detrás.

Aníbal Suárez, de 22 años, es uno de ellos. Vivía con sus tíos y era quien conducía el vehículo: estaba intentando juntar dinero para pagárselo a sus familiares.

Era conocido de otros cuatro adolescentes, a los que trasladaba en la madrugada del lunes.

Todos estos últimos cursaban en la Escuela Media de la localidad, el colegio secundario.

La conjunción en el pueblo era andar en skate y rapear. Eso los había unido aquella noche.

Danilo Sansone, de 13 años, es uno de los diez hijos de Juan Carlos, que se dedica a la venta de carnada para pescadores de la laguna. Incrédulo, tras la tragedia dio a conocer la pasión del joven fallecido. Hincha de Boca, se la pasaba jugando al fútbol, andando en patineta y cantando.

Gonzalo Rodríguez dejó una vida de 14 años. Anunció en su casa que iba a dar una vuelta, pero nunca volvió.

Su madre se enteró de la noticia al concurrir hacia el lugar donde el trágico auto había chocado con el acoplado del camión, estacionado.

Amigo de Danilo, compartían pasiones y su familia exige justicia.

A los trece años también murió Camila López.

Amiga desde siempre de Rocío Guagliarello, la única sobreviviente aunque se encuentra grave, ambas iban a ir a dormir a lo de Camila.

Salieron y no regresaron.