Tras el golpe de Estado en Bolivia que llevó a la dimisión de Evo Morales y su gabinete, la embajada argentina que se encuentra en la ciudad boliviana de La Paz, refugia a dos exministros: el de Gobierno, Carlos Romero y Mariana Prado Noya de Planificación y Desarrollo.

La sede diplomática, bajo el mando del embajador Normando Álvarez García, recibe refuerzos enviados por el Ministerio de Seguridad de Argentina para buscar la protección de los exfuncionarios y evitar cualquier tipo de represalias.

El embajador, que se encuentra en la sede argentina en la capital boliviana, fue entrevistado este lunes por radio La Red. Allí, dijo: "No hubo un golpe como estamos acostumbrados... fue una interrupción del orden constitucional, pero en base a la gran conmoción social".

El presidente argentino, Mauricio Macri, quien no considera que se trate de un golpe de Estado lo ocurrido en Bolivia , y el presidente electo, Alberto Fernández, que piensa lo opuesto, han estado en comunicación por esta situación de asilo a funcionarios del país hermano.

Desde la Cancillería aclararon que la situación de Romero y Prado Noya "será evaluada" con el correr de las horas y que en breve se definirá si pasan a la condición de asilados políticos.

En ese escenario, el canciller Jorge Faurie recibió el domingo a diputados nacionales de la oposición -estuvieron presentes Leopoldo Moreau, Andrés Larroque y Mayra Mendoza- que le pidieron por la seguridad personal de Evo Morales y le reclamaron que el Gobierno "condene el golpe de Estado". Sin embargo, este lunes, Faurie brindó una conferencia de prensa donde consideró que “no están los elementos para definir como un golpe de Estado” y calificó de “crisis institucional” lo de Bolivia.

Evo Morales, por su parte, decidió buscar asilo político en México, con el apoyo de su presidente Andrés Manuel López Obrador.