Gran cantidad de personas se llegaron hasta la Ciudad Universitaria, donde se organizó uno de los espacios previstos para realizar la observación del eclipse solar.

Niños, adolescentes, jóvenes y adultos convivieron para disfrutar del fenómeno astronómico donde hubo docentes y especialistas que explicaron lo que estaba ocurriendo.

La mayoría de los que accedieron a la convocatoria llegaron acompañados de mates, galletas, criollos u otro tipo de alimentos para pasar una tarde histórica.

Después del momento del eclipse el viento frió del invierno obligó a buscar reparo de manera rápida.