Según reveló el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) que depende de la UMET, la inflación anual acumulada en 2018 ha sido la más alta desde 1991 en la Argentina, superando a la inflación del 2002, que fue del 41%.

La Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) es una universidad moderna que nació en el año 2013 con un fuerte compromiso con la comunidad, la educación y el desarrollo profesional. La UMET es la primera universidad impulsada y co-gestionada por más de 30 organizaciones sindicales, lo que le permite contar con carreras innovadoras y agendas de investigación fuertemente vinculadas con el desarrollo productivo y tecnológico del país.

El documento de la UMET destaca que el año pasado todos los capítulos de la canasta de precios subieron por encima del 40% excepto indumentaria y calzado y educación, de acuerdo a lo publicado por Ámbito Financiero.

Entre noviembre de 2015 y diciembre de 2018, el salario real cayó un 17,3%, la merma más profunda desde la crisis de 2001, afectando a esta altura incluso a la reapertura de las grandes paritarias, ya que se está vislumbrando que el salario real promedio no va a recuperar los niveles de 2017.

Asimismo, impacta negativamente en los trabajadores, la escalada inflacionariaque durante el Gobierno de Cambiemos sigue creciendo desde que llegó a la administración pública nacional con un nivel de inflación del 23,8% anual en octubre de 2015, según mediciones de institutos estadísticos provinciales, para que luego de la devaluación y la primera ronda de tarifazos, Mauricio Macri llevó haya llevado el alza de precios anuales a un nivel del 44,9% en julio de 2016.

Posteriormente, el mejor registro se ubicó en agosto de 2017, con una inflación anual del 22,7%, momento que el Gobierno se mostró optimista y puso una meta del 15% para 2018, pero el desacierto fue mayúsculo y el año cerró, según los datos de la UMET, con una inflación del 47,8%.

Para encontrar una suba de precios previa superior al 40% hay que remontarse al 2002, cuando la megadevaluación de la salida de la convertibilidad ubicó a la inflación en el 41%, mientras que en 1991, sobre el final de los espasmos de la hiper, la inflación fue del 84%.

En este panorama el recorrido de los precios durante la gestión del macrismo provocó ya una caída del poder adquisitivo del salario en el sector formal del 17,3% en forma acumulada desde noviembre de 2015 con la consabida consecuencia de esa pérdida representada en el derrape del mercado interno y el cierre y achicamiento de fábricas.

Ante este panorama una vez más, como en el 2001, la inflación golpea más a los argentinos de sectores de menores ingresos, y según datos de la UMET, el alza de precios a lo largo del 2018 fue del 49,6% en la canasta de consumo del 10% de la población que cuenta con menores ingresos, y del 46,1% para los de mayores ingresos, diferencia que opera en contra de los más pobres y se explica por la intensidad de los tarifazos en los servicios públicos y por la inflación en alimentos.

Desde noviembre de 2015, el decil más pobre enfrentó 37 puntos más de inflación que el decil más rico (190 contra 153% respectivamente).

En el año, el rubro que más subió fue el de la vivienda, con el 54%, seguido de equipamiento del hogar, con un 52,5%, y transporte y comunicaciones, con el 52,4%.

En tanto, los alimentos anotaron un 46,9% en promedio, mientras que en la otra punta, ropa y calzados subieron un 33,5%.

La inflación de diciembre estuvo empujada por el rubro esparcimiento, con el 7,4 por ciento, por la suba en los precios de hoteles producto del inicio de la temporada veraniega.

En segundo lugar se ubicó salud, con un incremento del 7%, afectado por una nueva alza en la cuota de las prepagas que a instancias del Gobierno nacional, las empresas de medicina aplicaron una suba de las cuotas del 8,5% en diciembre, el quinto aumento del año, con un acumulado del 40,8%.

Equipamiento y mantenimiento del hogar avanzó en diciembre un 3,9%, seguido de indumentaria y calzado 3,1%.

En tanto, alimentos y bebidas, el capítulo que más pondera en la canasta, trepó un 3,0% en diciembre y le siguieron vivienda (2,5%), transporte y comunicaciones (1,9%) y educación (0,3%).