Los documentos salen a la luz cuando ExxonMobil, formada cuando Mobil se fusionó con Exxon en 1999, enfrenta investigaciones por parte de varios fiscales generales estatales de Estados Unidos por no haber comunicado a los inversores y al público los riesgos que conocía sobre la crisis climática.

El gigante petrolero Mobil intentó hacer donaciones exentas de impuestos a importantes universidades, grupos cívicos y programas de arte para promover los intereses de la compañía y socavar la regulación ambiental, según documentos internos de principios de los años noventa obtenidos por The Guardian, el periódico británico.

Los documentos arrojan luz sobre las formas en que las corporaciones han usado su dinero para comprar influencia, acumular prestigio y dar forma a la política pública a través de subvenciones a programas académicos y grupos de activistas.

Los documentos, fechados en 1993 y proporcionados a The Guardian por el Centro de Investigaciones Climáticas, muestran que la Fundación Mobil justificó el gasto al detallar los principales “beneficios para Mobil” que esperaban a cambio de más de 80 subvenciones propuestas para 1994, una práctica que los expertos consideran puede haber violado la ley federal.

La fundación escribió que sus subvenciones para organizaciones sin fines de lucro podrían ayudar a Mobil a luchar contra la regulación ambiental, a financiar a científicos cuyo trabajo había sido "recibido favorablemente por la industria" y preparar a Mobil para defenderse contra juicios posteriores a derrames de petróleo y accidentes industriales.

Por ejemplo, en el detalle de los resultados de las anteriores subvenciones de Mobil, se señala que la compañía tuvo éxito en "hacer que la Junta Directiva del Consejo Nacional de Seguridad apruebe una resolución que se opone a la ordenación de cualquier combustible alternativo". Las subvenciones para el consejo totalizaron casi un cuarto de millón de dólares ese año y se recomendó nuevas subvenciones para el siguiente.

Las recomendaciones y registros internos de otorgamiento de subvenciones, muchos de los cuales se consideran confidenciales, cubren U$S 1.2 millones de fondos, aproximadamente el 10% del presupuesto anual de la fundación. Más de dos tercios de las aproximadamente 120 recomendaciones de subvenciones pronostican cuáles serían los beneficios específicos para el gigante petrolero.

"Es probable que el calentamiento global sea el problema ambiental internacional clave de la década de 1990", pronosticaban los registros internos de la fundación en 1993, y agregaba que la regulación del clima era "una posibilidad real en los próximos cinco años". La fundación recomendó una subvención de $ 25,000 al Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty en la Universidad de Columbia para ayudar a Mobil a "desarrollar relaciones personales con algunos de los expertos clave en este tema" y permitir que Mobil "participe en el debate sobre estas regulaciones".

La Fundación Mobil recomendó aportar un total de $ 25,000 al Centro para el Análisis de Riesgos de Harvard, diciendo que el centro ya había argumentado efectivamente contra los estándares más estrictos para los combustibles e influido en las leyes de contaminación del aire de los Estados Unidos, y sus posturas podrían ayudar a Mobil a mantener menores costos en el futuro.

"Los gastos ambientales de Mobil superaron los $ 1 mil millones en 1992", dice el documento. "Sin una mayor apreciación del análisis de riesgo científico, esos costos continuarán aumentando a medida que las normas y programas ambientales se vuelvan excesivamente estrictos en respuesta al pánico infundado del público sobre incidentes relativamente menores".

La Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia describe su Programa de Asociados Ambientales como "un grupo de ejecutivos corporativos preocupados por los efectos ambientales de las actividades industriales".

El programa fue fundado por la Dra. Ruth Patrick, quien ayudó a redactar la Ley de Agua Limpia, una importante ley federal que otorga a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) el poder de dictar las reglas para proteger a las personas contra los daños causados por la contaminación del agua.

"Sobre la base de los contactos de la Academia", escribió la Fundación Mobil, "el Programa de Asociados Ambientales, con una ciencia sólida apoyando la ley propuesta, tiene el potencial de desafiar a la EPA sobre la efectividad de una regulación para el medio ambiente.".

La Fundación Mobil recomendó ofrecer al Consejo Nacional de Investigación financiamiento para estudiar un método de limpieza de derrames de petróleo, apuntando que : "Al ayudar a financiar el estudio, Mobil puede tener acceso temprano a los hallazgos ".

Los líderes de Mobil y su fundación habían ofrecido al público pistas de que esperaban obtener beneficios de las donaciones caritativas de la compañía.

Herbert Schmertz, vicepresidente de asuntos públicos de Mobil durante aproximadamente dos décadas y ex presidente de la Fundación Mobil, preguntó durante una charla del 22 de septiembre de 1987 sobre filantropía y responsabilidad social corporativa: "¿Deberían las corporaciones alguna vez dedicarse a la filantropía pura, regalar dinero porque le da una sensación agradable y a los accionistas no parece importarles?".

Agregaba entonces: "Creo que respondería diciendo que no sé si la filantropía corporativa tal como la he definido, alguna vez existió", dijo. "Pero si lo hiciera, tendría que decir que es un concepto moribundo en términos de donaciones corporativas".

Un libro de 1998 que agradece a Richard Mund, director ejecutivo de la Fundación Mobil de 1979 a 2000, ofrece una visión similar de la concesión de subvenciones corporativas, y aconseja a las empresas que "identifiquen una razón comercial importante" para las subvenciones y que "obtengan tantos negocios como puedan".

Los expertos en impuestos afirman que la intención declarada de la Fundación Mobil de beneficiar a Mobil a través de subvenciones "caritativas" habría provocado serias señales de alerta para el comercio ilegal, si se hubiera descubierto antes de que se agotara el plazo de prescripción.

"Al público le resultaría muy difícil descubrir algo de esto", dijo Naomi Oreskes, autora de Merchants of Doubt y profesora de historia de la ciencia de la Universidad de Harvard. "Lo que veo aquí es un patrón de 'donaciones caritativas' que es todo menos desinteresado", dijo.

Un portavoz de ExxonMobil dijo: “Nuestro brazo filantrópico cumple con todas las leyes y las informaciones requeridas. "La Fundación ExxonMobil tiene un enfoque estratégico que apoya la educación con énfasis en matemáticas y ciencias, promoviendo a las mujeres como catalizadores para el desarrollo económico y previniendo muertes por malaria".

Una demanda presentada en octubre por el fiscal general de Nueva York alega que ExxonMobil defraudó a los inversores durante años sobre los riesgos que la regulación de la crisis climática representaba para el gigante de los combustibles fósiles. La demanda alega que ExxonMobil engañó a los accionistas sobre las reglas del cambio climático

En enero, la corte suprema de EE. UU. permitió que la investigación de la fiscal general de Massachusetts, Maura Healey, sobre cómo ExxonMobil describió los riesgos de la crisis climática para consumidores e inversores, siga adelante al negarse a escuchar la apelación de la compañía. Un portavoz de Healey se negó a comentar sobre los documentos recientemente revelados, por el litigio en curso.

Los organismos de control corporativos afirman que los problemas asociados con el uso de organizaciones sin fines de lucro por parte de la industria privada para influir en la política estadounidense se han vuelto más pronunciados desde la década de 1990.

"Es extremadamente preocupante", dijo Lisa Graves, presidenta de la junta directiva del Centro para los Medios y la Democracia. "Una de las reglas principales para las organizaciones sin fines de lucro es que se supone que deben ser de interés público", dijo, "no para beneficios privados".