El estadio Maracaná tiene su Salón de la Fama. El lugar es administrado por los dos más grandes clubes de Río de Janeiro: Flamengo y Fluminense. Allí están asentados los dibujos fieles de los pies de algunos de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. Basta nombrar a Pelé, Ronaldinho, Rivaldo, Ronaldo, Zico, Jairzinho, Cafú, Carlos Alberto y tantos más.

Como se nota, el anfitrión tiene el poder de la elección; por eso, y porque ha dado muchísimos y maravillosos jugadores, es que en ese ámbito sagrado hay una mayoría de brasileños. Pero también hubo y habrá invitados extranjeros, hombres cuyas virtudes traspasaron fronteras. derribaron prejuicios y recibieron la aprobación de todo el mundo.

Aparece el molde de los pies de Franz Beckenbauer, el gran capitán alemán, campeón mundial como futbolista y como director técnico, o el de Michel Platini, el excelente mediocampista francés, hoy cuestionado dirigente, o el excepcional Eusebio, eje de la vanguardia portuguesa en la década de los 60.

En las últimas horas circuló la versión de que Lionel Messi habría sido invitado para dejar la marca de sus pies mágicos. La selección argentina está en esa ciudad, esperando el encuentro ante Venezuela, el próximo viernes a las 16, precisamente en el mítico estadio carioca, por los cuartos de final de la Copa América. Todavía no se sabe cuál será su respuesta. No sería de extrañar que su zurda quede indeleblemente estampada, por los siglos de los siglos, en un lugar que ha servido para reunir simbólicamente el talento y la creatividad expresada en un campo de juego.