Los últimos conteos oficiales, tras la cadena de atentados suicidas a iglesias católicas y hoteles, arrojan como saldo un total de 290 muertos y 500 heridos en Sri Lanka.

Hubo ocho explosiones que se han sucedido el Domingo de Resurrección en cuatro establecimientos hoteleros y tres iglesias, principalmente en Colombo.

Al respecto, el primer ministro señaló que hace dos semanas se recibieron advertencias de los ataques y el Gobierno culpó a un grupo islamista local de los atentados de Pascua, sin descartar que hayan recibido apoyo internacional.

Los atentados fueron realizados por atacantes suicidas durante las misas por los servicios de Pascua y la fuerza aérea de Sri Lanka anunció que habían desactivado explosivos cerca del aeropuerto de la ciudad de Colombo.

Se ha bloqueado el acceso a las redes sociales para evitar la especulación y los mensajes de odio.

Se trata del ataque más grave desde que terminó la guerra civil hace 30 años, en un país en el que coexisten culturas religiosas muy diversas: los cingaleses budistas, los tamiles hindúes y los musulmanes. Entre estas tres orientaciones, los cristianos siempre fueron considerados una fuerza unificadora e integradora.