La alegría era total en el vestuario argentino tras la victoria ante Serbia, por los cuartos de final del mundial en China. El festejo alocado era una descarga pior la tensión acumulada en 40 minutos intensos y sumamente emotivos. Los jugadores y el cuerpo técnico soltaron las emociones sabiendo ya que el viernes habrá otro desafío, en una de las semifinales, con un rival que saldrá del encuentro que jugarán mañana Francia y Estados Unidos.

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