De acuerdo con el último informe en este sentido del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la carga tributaria de los asalariados argentinos desde el 2011 hasta la actualidad no ha bajado del 49 por ciento.

Esta presión fiscal en nuestro país es una de las más altas del mundo que afecta tanto a los asalariados como a las empresas que padecen niveles de tributarios muy elevados los que fomentan la informalidad y condicionan las nuevas inversiones.

Entre los años 2011 y 2015 fue creciente, pasando del 49 por ciento en 2011 al 53,2 por ciento en 2015. A partir de allí, se inició un descenso que la ubica nuevamente en el 49 por ciento”, dice el estudio que, al mismo tiempo, intenta mostrar la necesidad de continuar con la leve tendencia descendente.

Lo interesante de este indicador es que incluye a prácticamente todos los tributos nacionales, provinciales y municipales más importantes, y por eso permite un buen seguimiento de la dinámica de la carga tributaria del país.

Están contemplados IVA, Ganancias, aportes y contribuciones a la seguridad social, impuesto a los bienes personales, impuesto a la renta financiera, impuestos internos, ingresos Brutos y tasas municipales, entre otros.

El análisis de la consultora del economista Nadin Argañaraz que publica La Voz dice que este nivel de carga tributaria argentina genera altos incentivos a evadir y, por esa vía, una creciente competencia desleal entre quien paga lo que corresponde y quien no abona todo.

Esta competencia desigual deriva en ineficiencias en la asignación de los recursos, ya que “la evasión pasa a ser uno de los pilares de rentabilidad de un negocio”, dice el texto.

Una evidencia concreta de que efectivamente existe una elevada evasión tributaria lo brinda el nivel de recaudación del IVA que se pierde anualmente. Según la Afip, la evasión asciende al 33 por ciento (dato de 2018). “Considerando la importancia del IVA, con estos niveles de evasión se pierde de recaudar cada año un tres por ciento del PIB”, asegura el Iaraf.

Para tomar una dimensión de la importancia de la reducción de la evasión, suponiendo un nivel similar al del IVA para el conjunto de los principales impuestos, el Iaraf sostiene que por cada punto porcentual que se logre de reducción de la evasión se generarían de manera directa fondos por el equivalente a un 0,26 por ciento del PIB. Esto son aproximadamente 55 mil millones de pesos, a precios del 2019. “Si más contribuyentes cumplieran, podría recaudarse lo mismo, pero con una menor carga para todos”, dice el informe.

A futuro, el análisis propone crear incentivos tributarios transitorios que “promuevan la generación de base imponible”. “Se puede incentivar transitoriamente el uso de ahorros personales para financiamientos productivos, la realización de determinadas inversiones o la contratación formal de mano de obra”, detalla.

En las empresas en tanto y según un informe del Banco Mundial y PwC dice que Argentina es la segunda economía con mayor presión impositiva sobre sus compañías: tributan el 106 por ciento de sus beneficios.

Este valor es sólo superado por Comoras (una pequeña isla del este africano), y es muy superior a Chile (34 por ciento), a Brasil (65) y Bolivia (83), por ejemplo. En los países europeos, los porcentajes van del 40 y al 60 por ciento.