Nuestras madres, las de antes, esas que aplicaban la psicología a chancletazos, esas que nos decían que si nos tragábamos el chicle se nos iba a ser una pelota en el estómago y nos íbamos a morir. Las que nos decían: "Si voy y lo encuentro se te arma" y la mucho muy mal ponderada: "Mientras vivas debajo de éste techo", fueron unas visionarias. Porque cuando preparaban el jugo nos daban agua finamente saborizada.

Los podcasts de cada día: Jugo de madre