Los conceptos que aún retumban, después de la esperada conferencia de prensa del presidente de la Nación, Mauricio Macri: “No entiendo… no entiendo en nombre de todos los argentinos. No-en-tiendo”.

Los incidentes que impidieron la definición de la Copa Libertadores que River y Boca debían llevar adelante el fin de semana gestó la multiplicación de responsabilidades de su parte, que van desde la Justicia, los dirigentes y sus colegas de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero fundamentalmente, el mandatario le apuntó a los barrabravas, aquellos a los que un proyecto de ley avalado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, en 2016, definió como “grupos de tres o más personas que cometan delitos vinculados a espectáculos deportivos”.

Macri culpó a la Justicia, los dirigentes y las barras por la suspensión del superclásico

No casualmente, Macri prometió volver a presentar en el Congreso el texto, ya que perdió estado parlamentario por no ser tratado. La idea, adujo, es que sea tratado en sesiones extraordinarias, el mes que viene.

El objetivo del proyecto apunta a “desfinanciar a las barrabravas y desarticular sus negocios ilícitos”, darle poder al Estado en el marco del derecho de admisión a estadios y aumentar las penas a quienes se encuentren culpables, yendo desde los dos hasta los ocho años de prisión.
Se intenta dar un marco a la reventa de entradas y la falsificación, con la previsión de condenas de entre un mes y un año, así como la venta de entradas falsas con dos a ocho años.
Se buscará también darle figura penal a la protección de los dirigentes a dichos grupos ilícitos, que podría conducir a multas e inhabilitaciones.