Desde 1991 que el proceso inflacionario en el país no impactaba tan de llenos en bolsillos que, a su vez, sufrieron una amplia pérdida del poder adquisitivo del salario.

Desde junio de 2018 hasta mayo de este año, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se incrementó en un 57,3 por ciento, batiendo todos los récords desde 1991.

Los últimos números no lograron bajar tanto los números de períodos del año pasado, de un marcado declive en la economía macrista.

A la espera de los datos de julio (seguiría por encima al menos, del 2%), el presidente Mauricio Macri anticipó que “en agosto no va a poder ser del 1 y pico por ciento, como preveíamos”, en un contexto de “números a la baja”.

En una particular conferencia de prensa, el mandatario y aspirante a la reelección pidió “que el kirchnerismo se haga cargo” de la “falta de confianza del mercado”, y refirió en esos términos la fuerte depreciación del peso, con un dólar cerrando a $ 55.

“Queremos que esto no castigue mucho más a los argentinos. A partir que pasó hoy en los mercados, las cosas no van a mejorar”, sentenció.

Macri graficó que “nos haremos cargo de lo que debemos”, pero “el mayor problema es que la alternativa kirchnerista no tiene credibilidad”.

Y acotó: “Estoy acá para ayudar en lo que pueda, pero no es fácil. Ellos ya gobernaban, y tienen que demostrar que harán algo nuevo”.

En su visión, el viernes pasado “la situación era de un dólar a la baja, empresas que mejoraban, la financiación aumentaba, la baja de la inflación y el crecimiento de economía”.

Pero, “ahora se da vuelta todo”, producto de “un problema grave entre el kirchnerismo y el mundo económico y político”.