Este fin de semana, contrario a lo que decían los pronósticos, no llovió como es casi tradición para estos festivales. Y fue una edición para recordar porque de acuerdo a los organizadores, 110 mil personas fueron parte de la experiencia.Rock, pop, rap, guiños folklóricos, heavy metal, blues, ska, trap fueron algunos de los ritmos que desfilaron por los dos escenarios principales y los cuatro alternativos.

Puesto de hidratación, personal apostado para dar indicaciones a los espectadores aturdidos, foodtrucks para comer con plato, cuchillo y tenedor son algunos de los detalles que van marcando la evolución del festival.

Ciro y Los persas, Skay, Las Pelotas, Eruca Sativa, No te va Gustar, Carajo, Babasónicos, Auténticos Decadentes, La Vela Puerca, Miss Bolivia, Non Palidece, Dancing Mood fueron algunas de las bandas que rotaron en las dos jornadas que aglutinaron a tantos fanáticos de la música de todo el país y países vecinos.

El Cosquín Rock entiende de programación, avanza con los gustos del público que creció junto al festival, tiene que abrir más su convocatoria a las mujeres aunque se encamina hacia ello y tiene el enorme desafío por delante de seguir cautivando audiencias.

Capítulo aparte merece lo que significa este festival -como todos los del verano en nuestra provincia- para el turismo. La ocupación llegó al 100% en Cosquín y el número se repitió en todo el Valle de Punilla ayudando a la economía golpeada del turismo.

Una buena edición para los organizadores, público que se lleva una buena experiencia y poco tiempo para descansar la cabeza y empezar a pensar qué traerá la edición número 20 del festival más rockero del país.