Las acusaciones de Patricia Bullrich sobre el contrato que no se cerró con Pfizer sigue siendo tendencia en portales y redes pese a la desmentida del propio laboratorio. Ayer, sus palabras se repitieron en boca de los manifestantes anticuarentena que marcharon contra las nuevas restricciones.

La mentira no es nueva, lo grave es la inescrupulosidad para mentir. La desmentida es apenas anecdótica. Sus seguidores ya están convencidos. 

La mentira como estrategia no solo busca el engaño para generar expectativas falsas. También busca destruir la verdad y con ella todo parámetro objetivo para poder debatir. La verdad ya no tiene sentido, no tiene valor. La política es debate y si no es posible el debate, no es posible la política.

Columna política de Andrés Daín - NDOM (26/05)