Francisco Longa, Doctor en Ciencias Sociales, explicó que en los últimos años a la “capacidad de movilización histórica” que se le conoce al sindicalismo tradicional, como la CGT y La CTA, se le sumaron los movimientos sociales, como actores importantes “que empardaron el dinamismo en las calles” y que hoy son un actor central.

“Los movimientos de la economía popular son un sector que no tienen nada que envidiarle, en términos de calle, a los sindicalismo tradicionales” expresó el Doctor Longa, quién además declaró que “el gobierno los pone en el centro de la negociación” a la hora de realizar acuerdos.

#Manifestaciones ¿Quiénes ocupan las calles?

En los últimos 20 años, la economía popular logró consolidarse dando un marco sindical a un grupo de personas que no lo tenía, ”es la organización de los excluidos”, señaló.

Con relación a esto, aseguró que el mercado formal “no tienen la capacidad de absorber a toda esta masa de personas” y que por lo tanto no cree que “estos sindicalismos sean competencia de los sindicatos tradicionales".

Por último, señaló que las mismas organizaciones sociales niegan que la economía popular sea un “sector de paso” hacia trabajos no precarizados, sino que “llegaron para quedarse” y que por lo tanto seguiran exigiendo derechos laborales “como aguinaldo, vacaciones pagas y un sistema previsional”.