En las últimas semanas las redes sociales reflejaron una especia de actitud psicótica donde se publicaban que muchos se quieren ir del país, ante lo que otros tantos incautos y revelando una alto nivel de ignorancia y falta de de información su sumaron a esa convocatoria.

En varios países de Europa están controlando sus fronteras y al ritmo de los rebrotes de la pandemia paralizaron los trámites para ofrecer ciudadanía.

Muchos usuarios comenzaron a manifestarlo en redes sociales pero, en la práctica, no es tan fácil irse de Argentina en busca de mejores horizontes.

Vamos por parte, el pasaporte o la ciudadanía, parece ser un anhelo de muchos argentinos que en las redes publican “Necesito sacar la ciudadanía italiana, ¿alguien tiene un gestor para recomendar?”, “¿Cuáles son los requisitos para la Visa de trabajo en Estados Unidos?”, “Me quiero ir del país, tengo abuelos polacos, ¿Me ayudan con el trámite?”.

Muchos argentinos hacen consultas de este estilo en redes sociales. El deseo de probar suerte afuera evidentemente existe. Pero, ¿cuáles son las chances de concretar un proyecto en el exterior durante la pandemia?.

Más allá de las limitaciones afectivas que puedan frenar una decisión de esas características, existen obstáculos burocráticos y económicos, que se agravaron con la pandemia y por la crisis.

Contar con ciudadanía extranjera, para poder establecerse legalmente y trabajar en otro país, no resulta tan sencillo como algunos piensan.

El desafío es aceptar que la realidad afuera no ha cambiado mucho, y entre los comentarios que más se escucha, es que la gente que se va a Europa, por ejemplo, hace trabajos menos calificados pero tiene mejor calidad de vida.

Si bien aquí vivir angustiados por la situación local, no poder planificar, con sueldos que se van achicando con la inflación, repercute en el estado de ánimo, cómo sería irse a lavar copas o baños con el anhelo de mejorar algún día siendo definitivamente señalados como sudacas y salvajemente discriminados.

Desde Marzo deshabilitaron varias páginas para pasaportes y ciudadanías en varios países, se supone que en Octubre vuelven a funcionar.

En un momento estaba colapsada. Había que meterse tres veces por semana a las 00 de Italia y darle click al turno disponible en verde. Sin embargo muchos cuando pasaban a la página siguiente, esa fecha dejaba de figurar o aparecía en rojo, ya no existía.

Los más agoreros dan cuenta que se quieren ir del país y sabiendo que no va a ser fácil porque tendrán que estudiar y trabajar a la vez pero tienen la esperanza de una mejor vida que la que tendrán nunca acá.

En otra publicación figura la otra opción para transformarse en italiano que es viajar e iniciar el trámite en ese país. “Primero hay que contratar a un gestor para que te explique qué papeles necesitás, con sellos de qué lugares y, a la vez, dónde tenés que presentarlos. Ya consulté, eso sale entre 3.000 y 4.000 euros”, advierten.

A esto hay que agregarle que después hay que pagar el pasaje y la estadía por tres meses en Italia, porque piden fijar residencia. Durante ese tiempo no se puede trabajar legalmente allá. Es una fortuna pero hay gente que lo toma como una inversión.

En el marco de la pandemia, por más que la persona cuente con los miles de euros necesarios para instalarse en Italia por tres meses, debe esperar a que se habiliten los vuelos para turistas.

Las demoras también alcanzan a los que desean obtener la ciudadanía española.

En la embajada de ese hace cerca de un mes reabrieron sus oficinas en Argentina y están atendiendo consultas que habían quedado pendientes cuando tuvieron que suspender sus actividades por el Covid 19.

Las inscripciones de nacimientos de hijos de españoles están demorando entre 3 y 4 meses y los trámites de hijos de españoles que quieran solicitar la nacionalidad tardan cerca de un año.

Las preguntas empezaron a mediados del año pasado, el plena crisis del gobierno macrista, pero se incrementaron con la pandemia y están pidiendo sumarse al grupo unas 80 personas por día. Antes eran cerca de 40.

El panorama para ingresar a Estados Unidos resulta aún más limitado, están tramitando sólo visas de emergencia para situaciones excepcionales.

En definitiva, una vez más, la “realidad” que parecen reflejar las redes más la repercusión que le dan algunos medios, no hacen más que crear una corriente de opinión basada en recortes de una coyuntura cuyos testimonios no llegan a conformar una acertada descripción de la situación que pretenden convertir en información basada en supuestas verdades objetivas.