A dos décadas vista y habiendo pasado varios días de las celebraciones en la Manzana Jesuítica declarada hace 20 años como patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO, nosotros seguimos tratando el tema para que la pretendida visibilización de la que tanto se habla, no quede en palabras.

La historia, intervenciones, significado y perspectivas de la declaración, cómo surgió y la participación del estado, los que tuvieron la iniciativa y consiguieron fondos para el dossier, son antecedentes que forman parte de una narrativa que nada tiene para envidiarle a los más logrados guiones de la cinematografía mundial.

En nuestra entrevista a Carlos Page, Arquitecto, Doctor en Historia e Investigador del Conicet intentamos acercar más voces para completar tan rica historia en torno a estos símbolos de la cultura universal que tienen su base en Córdoba.

El Arquitecto Page nos contó por Canal 10 que "la idea de la declaración de patrimonio de la humanidad primero de las estancias, fue casi una obsesión de Mario Borio junto a su esposa Lucille Barnes."

Borio es un desconocido para la inmensa mayoría de los vecinos de Alta Gracia, quienes ignoran incluso que a él se le debe la inclusión en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Mario Borio, su esposa Lucille Barnes y a Noemí Lozada de Solla, bien les cabría el título honorífico de “guardianes del patrimonio jesuítico”.

Lo merecerían por haber gestado y trabajado por la idea que concluyó años después con la declaración del conjunto jesuítico como Patrimonio Cultural de la Humanidad por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Page también nos relató que "en principio no contaron con un apoyo del Estado, consultaron a la Unesco sobre el dossier que había que presentar, un cuerpo de varios kilos de papeles, y para financiar eso consiguieron un auspicio, me contrataron a mí para escribirlo, anduve por todas las reparticiones buscando material necesario que siempre se negó, en un principio porque no se pensó que fuera posible."

El Arquitecto Page prosiguió su relato señalando que "al intentar presentar el material a la Unesco no se lo permitieron porque al dossier lo tenía que presentar el Estado Nacional, entonces llevó ese trabajo inmenso a la Comisión Nacional de Monumentos que fue la que finalmente llevó a Paris la documentación de nuestras edificaciones jesuíticas."

"En la Unesco se encontraron con un bagaje de material ya hecho, una inversión muy importante", dijo Page quien remarcó que "en ese momento hacer un dossier para la Unesco implicaba una inversión de unos 50 mil dólares."

El investigador del Conicet explicó que "Borio consiguió el dinero, hizo el dossier, lo presentó y a partir de ahí hubo varias disputas para capitalizar esa acción."

Finalmente Page recalcó que "se ha visibilizado más que todo la historia de la Compañía de Jesús, de los Jesuitas y a través de ellos, se visualizaron también otros actores sociales que estaban negados, como las mujeres, los africanos esclavizados y va muchos más allá."

"Fíjense, como dato, que los Jesuitas fueron expulsados en 1.767, son reincorporados en 1.813 apenas un puñado de religiosos y para la segunda mitad del siglo XIX no se sabía ni quiénes eran los Jesuitas, y les costó mucho reivindicarse... y el primer instrumento con que contaron fue visibilizar su historia, lo que dio la apertura para que en la década del 40 empezaran a declararse los monumentos históricos y sobretodo este patrimonio jesuítico."

Todos los días por Canal 10 te informamos desde Canal U con el equipo de Data Universitaria: Mónica Reviglio y Sergio Antoniazzi.

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