En sus primeras apariciones públicas tras la ruptura formal de la alianza Cambiemos en Córdoba, Ramón Mestre se esmera por transmitir dos mensajes bien precisos: no es su responsabilidad la caída de las internas en que se debían definir los candidatos de un espacio al que sigue adhiriendo; por otro lado, que se debe dejar atrás rápidamente la frustración y mirar al escenario de mayo próximo, cuando se realicen las elecciones para renovación de autoridades provinciales.

Pero en el intersticio entre ambos postulados se yergue un rencor que, desde el acto de presentación de las listas que participarían de la frustrada interna, es cada vez más ostensible.

Para el intendente de la ciudad tanto el fracaso en la conformación de la coalición entre la UCR, el Pro y el Frente Cívico, como distintos errores en la gestión del gobierno nacional tienen un responsable directo, día a día menos tácito. Es el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Son los "modos militares" de uno de los funcionarios predilectos para el presidente Macri.

"Hay que seguir adelante. Hice todos los esfuerzos, nadie lo puede negar. Lejos estoy de querer implosionar Cambiemos. En Córdoba no lo hemos logrado y las culpas son concurrentes. Pero hay una situación que me molestó. Hay una persona cercana al presidente, que seguramente le hace equivocar algunas medidas de gobierno, que cree que la coalición es una toma de decisiones de manera directa como si fuera una empresa", apuntó Mestre en diálogo con Canal 10 y Radio Universidad.

"En política, en lo institucional, tiene que haber diálogo, acuerdos, formas de avanzar en conjunto, no con obediencia, no con mano militar. Somos partidos distintos, pensamos distinto", reforzó en el programa Entre Nosotros Rebeca.

Repreguntado sobre la distancia que media con la Casa Rosada, el precandidato a gobernador dijo que tienen un importante enemigo en común.

"Con Macri nos une la lucha contra el populismo. Me van a encontrar siempre trabajando allí. Sigo estando en Cambiemos a nivel nacional, porque es la decisión del partido a nivel nacional. Más allá de que estamos planteando que el radicalismo tenga un rol distinto, que no sea una coalición legislativa, que tenga debate, discusión, ideas", aclaró.

Precisamente la relación entre la UCR y el PRO, socios mayoritarios en la alianza Cambiemos, ha mostrado tensión en las últimas semanas, especialmente luego que dirigentes del centenario partido reclamaran "más participación".

"Hemos acompañado durante todo este tiempo, tratando de profundizar el cambio. Ese es el gran desafío de Cambiemos. Y hay que continuar en Cambiemos, profundizando la lucha contra el populismo, pero modificando el rol del radicalismo", precisó.

De inmediato, recordó la reciente convención en Corrientes, donde dirigentes nacionales elaboraron un documento "con algunos pedidos y planteos en virtud de la difícil situación económica que se vive".

El marco que se proyecta no ahorra críticas a la gestión del Gobierno que integra la UCR.

"Hay más cosas para hacer. Tenemos que trabajar para dejar atrás la grieta, tratando de dar respuestas que no se dieron hasta ahora. Porque la gente siente desánimo. En la calle se siente disconformismo respecto de lo que se prometió y no se ha podido llevar adelante. A lo mejor no se profundizó en explicar el estado catastrófico en que estaban las cuentas públicas. Cambiemos tiene la responsabilidad de advertir esa situación. Yo no estoy sacando el traste a la jeringa. Vamos a seguir acompañando en la medida en que nos dejen que los acompañemos. Si nosotros hemos acordado una interna y desde Buenos Aires viene un dedo y dice que tiene que ser fulano y mengano los candidatos… No. Paren. Nosotros también queremos elegir los candidatos acá", hilvanó el mandatario.

Hacia mayo

Por otra parte, Mestre subrayó que las candidaturas del radicalismo para los comicios del 12 de mayo deberán definirse en el congreso partidario que se realizará en los próximos días.

Hacia allí llegarán, remarca, sin nombres asegurados pero con gran vocación de diálogo.

"Los nombres se definirán allí. También la estrategia. Nadie tiene absolutamente nada garantizado. Y más allá de que en este tiempo aparecen agoreros, que dicen que el gobernador tiene asegurado el triunfo, vamos a competir para llevar a los cordobeses una opción de cambio que hace falta, porque 20 años es mucho. Hay necesidad de recambio institucional, con gente con experiencia de gestión, pero también juventud", concluyó.