En 2007, los Pumas debutaban en un Mundial ante Francia, lo mismo que ocurrirá el sábado en el estreno de Japón 2019, a las 4.15 en Tokio.

Si los Pumas versión 2007 vencieron a Francia camino a la medalla de bronce fue en buena parte porque aquel equipo estaba compuesto por jugadores que actuaban en Europa. Hernández, Pichot, Contepomi, Corleto, Albacete. La lista es larga. Todos figuras de equipos grandes. Cuando jugaron contra Francia, Irlanda y Escocia, del otro lado había jugadores que enfrentaban semana a semana. En semifinales, Sudáfrica resultó una fiera de otra índole que no supieron domar.

La medalla de bronce propició el ingreso al Rugby Championship y al Super Rugby. Los Pumas dejaron de ser una nación periférica en el mundo del rugby y empezaron a tener contacto frecuente con las potencias del sur. Abrazaron esa alianza y hasta modificaron su estilo de juego.

El crecimiento fue abismal, pero trajo aparejados varios efectos secundarios. Uno de ellos: las dificultades a la hora de enfrentar a los equipos europeos. Y precisamente Francia e Inglaterra son los rivales a vencer aquí.

Después del Mundial 2015, los Pumas sólo ganaron un partido ante las cinco potencias del Viejo Continente (Inglaterra, Irlanda, Gales, Escocia y Francia). Fue en el primero de ellos, 30-19 a Francia en Tucumán, en junio de 2016. Luego sobrevinieron 14 derrotas consecutivas, racha que se mantiene hasta hoy.

Hay varios condicionantes que se pueden esgrimir para explicar este fenómeno, que de tan contundente deja de ser un dato meramente estadístico. Como que la gira a Europa a fin de año encuentra a los Pumas cansados tras una larga temporada y a los rivales apenas arrancando la suya, pero se cae cuando se advierte que lo opuesto ocurre en junio y los resultados son los mismos.

Antes bien, hay que aceptar que los Pumas no pudieron, desde el ingreso al Super Rugby, ajustar su estilo al juego que proponen los europeos.

Pasando en limpio: en el hemisferio sur, tanto por la idiosincrasia de los equipos e incluso por la forma de arbitrar, aunque el reglamento es el mismo, los equipos del norte disputan la pelota luego de un tackle de manera mucho más intensa, lo que demora la liberación de la pelota, favorece el reordenamiento defensivo y hace más difícil encontrar espacios por afuera.

No hay mejor ejemplo que el último enfrentamiento con los franceses, en noviembre último. Francia ganó 28-13 en Lille en uno de los peores partidos de la era Ledesma. El equipo lució sin actitud (que será determinante el sábado) y fue superado en el punto de contacto.

Cuando un equipo se impone en esta faceta, gana metros en lugar de retroceder cada vez que entra en contacto con el rival, se hace más sencillo limpiar el ruck y liberar la pelota rápido, además de tomar a la defensa en retroceso.

Los duelos contra las potencias de Europa después del Mundial 2015:

19/6/16: Argentina 30-Francia 19, en Tucumán

25/6/16: Argentina 0-Francia 27, en Tucumán

12/11/16: Gales 24- Argentina 20, en Cardiff

19/11/16: Escocia 19- Argentina 16 Argentina, en Edimburgo

26/11/16: Inglaterra 27- Argentina 14, en Londres

10/6/17: Argentina 34-Inglaterra 38, en San Juan

17/6/17: Argentina 25-Inglaterra 35, en Santa Fe

11/11/17: Inglaterra 21- Argentina 8, en Londres

25/11/17: Irlanda 28- Argentina 19, en Dublín

9/6/18: Argentina 10-Gales 23, en San Juan

16/6/18: Argentina 12-Gales 30, en Santa Fe

23/6/18: Argentina 15-Escocia 44, en Resistencia

10/11/18: Irlanda 28- Argentina 17, en Dublín

17/11/18: Francia 28- Argentina 13, en Lille

24/11/18: Escocia 14- Argentina 9, en Edimburgo

Mundial de rugby: los Pumas y la misión de sumar ante los europeos