El segundo mandato consecutivo de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, que se extenderá hasta 2.025, tuvo ayer su inicio formal.

El acto de jura, que se realizó ante el Tribunal Supremo de Justicia y no ante la Asamblea Nacional, de mayoría opositora y declarada “en desacato” por las autoridades, contó con la presencia de los mandatarios de Bolivia, Nicaragua y Cuba, entre los más relevantes, además de representantes de Turquía, China, México y Uruguay.

"Estamos dando una batalla épica, única y heroica, para decirle al mundo que a Venezuela se la respeta: la gobernamos y dirigimos los venezolanos. Sin intervención de ninguna potencia imperial, porque no aceptamos tutelajes", sentenció.

Desconocido por Estados Unidos, la Unión Europea y la región (con la flamante declaración del Grupo de Lima), y sumido en una profunda crisis interna, que excede al amplio bloque mundial que sufre, el mandatario habló de “países satélites” bajo las órdenes del país del norte continental, quienes “andan como locos inventando y presionando”.

Al respecto, agregó: “Yo le digo a nuestro pueblo: allá ellos con su nerviosismo y desesperación y acá nosotros con nuestro amor y nuestro espíritu revolucionario y socialista”.

Para Maduro, las naciones que aducen “falta de garantías mínimas” en los comicios que lo llevaron al triunfo el pasado 20 de mayo, entre las que se encuentra Argentina, “han pretendido convertir una toma de posesión en una guerra mundial”.

Al Grupo de Lima lo tildó de ser “el cártel que trafica con el derecho internacional”.