La progenitora escuchó unos desgarradores quejidos de su hija y otros ruidos provenientes del lugar en el que estaba, se acercó y vio que la pequeña había sido atacada por la mascota, un cruce de rottweiler y dogo, en la cara y el cuello.

La niña fue llevada a un hospital por su madre y una vecina, pero había perdido mucha sangre.

Pese a las transfusiones y maniobras de reanimación que recibió, la niña murió.

"En una primera instancia los profesionales advirtieron que la nena tenía una lesión extensa del lado derecho del cuello con un posible desgarro de la carótida", manifestaron las autoridades, sin embargo, buscan más detalles del deceso a través de la autopsia.

La familia decidió sacrificar al animal una vez que concluyan las investigaciones del caso.