Es un orgullo para muchas trabajadoras  y trabajadores cordobeses, disfrutar de derechos y conquistas obreras que tienen desde hace tiempo, fundamentalmente gracias a las históricas luchas obreras emprendidas por muchos de nuestros  padres y abuelos, para obtener condiciones dignas de trabajo, en todo sentido.

Diera la sensación de que en aquellas épocas, los sindicatos no estaban tan politizados como en la actualidad, y por algo se consiguieron los máximos logros para la gente.

La lucha de la clase trabajadora, no se condicionaba por la política partidaria.

Se buscaba exclusivamente el beneficio de las afiliadas y de los afiliados, pero eso a muchos dirigentes gremiales les terminó costando  no sólo persecuciones y torturas, sino hasta la propia vida.

Es innegable que necesitamos en la mayoría de las organizaciones sindicales cordobesas nuevos liderazgos, pues los hombres pasan pero las instituciones deben continuar. 

No se puede apostar a dirigentes eternos. 

Tarde o temprano,  se padecen por las bases, el no formar nuevos cuadros para el presente y futuro. 

Hay que replantearse muchas cosas, tales como:

- Aprender de los errores que se cometieron (para mejorar), y sobre todo, volver a los viejos valores que nos transmitieron quienes nos antecedieron y que fueron los máximos referentes de cada organización sindical en Córdoba.

- Encarar a nivel nacional,  la lucha para lograr la eliminación definitiva de la aplicación del Impuesto a las Ganancias a quienes trabajan y a quienes están jubilados (no basta con la suba del Mínimo No Imponible, ni las escalas, porque eso sólo deriva en reconocer tácitamente que el salario y la jubilación sí son ganancias, cuando en realidad no lo son). 

- Peticionar ante el Estado, la puesta en marcha de nuevos planes de vivienda populares, para dar solución habitacional a la clase trabajadora que se ha transformado en estos años en la fábrica de inquilinos.

- Fortalecer las obras sociales sindicales, para mejorar día a día las prestaciones y los servicios brindados (incorporando las nuevas tecnologías), para que las mismas sean exclusivamente administradas de forma adecuada  por las propias trabajadoras y trabajadores. 

- Gestionar mejoras salariales reales para el bolsillo de quienes se representa,  para impedir que la inflación termine devorando las sumas acordadas en las paritarias, recuperando en todas las discusiones paritarias a la cláusula gatillo,  con sumas acumulativas en cada cuota que se abone de aumento.
La cláusula de revisión y los aumentos no acumulativos, van en desmedro de los activos y de los pasivos (socavando su poder adquisitivo,  en relación a la inflación).

- Formar nuevos cuadros sindicales, “dejando de lado los amiguismos” o la idea errada de dirigentes eternos. Ningún dirigente es imprescindible,  pero hay acciones y gestiones que sí son imprescindibles dentro de los sindicatos. 

- Capacitar permanente a los delegados gremiales (que son la primer línea de defensa del sindicato), para dar respuesta inmediata a problemáticas de los afiliados y afiliadas.

- Buscar alcanzar la aprobación de  mejores leyes laborales, y exigir que no se apliquen  ajustes de cualquier tipo a los haberes de los jubilados.

Es muy bueno recordar los logros obtenidos en el pasado, pero los sindicatos deben volver a recuperar el protagonismo que han perdido. También hay que  recuperar la humildad, la solidaridad, y el acompañamiento a otros sindicatos en situaciones difíciles. 

"EL PROBLEMA DE UNO, DEBE VOLVER A SER EL PROBLEMA DE TODOS".

La historia ha demostrado que las conquistas obreras en su gran mayoría, sólo se consiguieron a través de la lucha y la unidad de la clase trabajadora.

Abogado Laboralista. 
Delegado Gremial del Sindicato de Luz y Fuerza de Córdoba
Coordinador General de la Intersindical Argentina.