Para empezar la frase fue pronunciada por el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires durante la semana, fue en medio de la masacre de la cocaína adulterada. Sobre la expresión cayó la casquivana palabra en la prensa de moralina. Ahora propongo sobre la polémica, a mi criterio, estúpida, construir una reflexión, me animo, más profunda.  

Vamos a la filosofía. Vamos a los malditos. Nos animemos al culto de Nietzsche y la insoportable frustración del eterno retorno. 

Pensemos que compramos y debemos descartar. Lo pensemos desde una perspectiva peronista o kirchnerista, pensemos que compramos un gobierno que llego a ganar las elecciones del 2019 con una propuesta clara y contundente, casi una matriz, una suerte de oráculo, de causa madre. Argentina contra el hambre. Seria esa la primer propuesta que compro en este caso una parte del electorado.

Otra de las ofertas que exhibía la góndola del peronismo en campaña refería directamente a la reconstrucción de una unidad nacional. Un poco más adelante del pasillo nos invitaba a ganar nuevamente la posibilidad de compra con el salario, el asado, la baja inflacionaria, y sobre todo, al fondo, menor pobreza.

Si compraste, descarta.

Pero antes, otros, o los mismos, habían comprado otra oferta, en otro mercado, con otras condiciones. Antes, la oferta fue inversiones, pobreza cero, desarrollo, baja en la inflación, trabajo y un país integrado al mundo. Solo se integro para contraer una de las deudas más escandalosas de la historia, no hubo desarrollo, creció la pobreza, subió la inflación y bajo la inversión. Se compro y descarto.

Ahora, la pregunta, la disyuntiva, la angustia, la telaraña reposa sobre el blanco. La oferta del estado vacío, del no estado. La anti política, la obscena construcción del individuo y la ingenua idea de una realización no colectiva. El mercado en el centro, una argentina con media argentina afuera, una oferta que descarta medio país y la paradoja, del eterno retorno, un eterno retorno de compre y descarte, donde la mercancía somos nosotros.