La actual reforma (o mejor dicho ajuste) al sistema previsional significa que nuestros héroes actuales, el personal de salud y educación provincial, verán sus futuras jubilaciones ajustadas. ¡Vaya manera de agradecer el esfuerzo que están haciendo actualmente aquellos que nos deben salvar del Covid-19!

Sin embargo, este desagradecimiento y desapego a la buena gestión estatal ya no debería sorprendernos, luego de más de 20 años de mal gobierno en la Provincia. Vale la pena recordar que este gobierno recibió una caja de jubilaciones superavitaria y rápidamente la convirtió en deficitaria luego de impulsar los retiros anticipados en el periodo 2000-2006, con fines netamente electoralistas. En este periodo, los beneficiarios de la Caja pasaron de alrededor de 65.000 a casi 90.000 (¡un aumento de casi 50%!). Con semejante desmanejo del estado, ninguna caja de jubilaciones resiste. Y a no confundirse, que estas medidas, que ya parecen lejanas en el tiempo, siguen teniendo consecuencias.

Lo que si sorprende es la pasividad de algunos sindicalistas que, más allá de manifestarse públicamente en contra, parece que aprovechan la cuarentena como una excusa perfecta para no tomar medidas de fuerza y dejar hacer el ajuste.    

Por supuesto que la actual situación de déficit de la Caja y la Provincia no se explica exclusivamente por estos retiros anticipados, sino que es meramente un ejemplo de las tantas medidas electoralistas que han ido degradando y debilitando el estado provincial. Sin lugar a dudas, los países, y provincias, gobernados por políticos que llevan adelante una gestión estatal sustentable en el tiempo y piensan más allá de su mandato y sus ambiciones personales de poder, son aquellos que actualmente pueden dar una mejor respuesta al Covid-19 y que saldrán menos maltrechos de esta pandemia.