Desde el lunes 4 de mayo, los españoles comenzarán a tener una suerte de “libertad vigilada”, tras una cuarentena obligatoria de 50 días, cumplida con seriedad por toda la población, aunque hay que anotar los desbordes cuando las autoridades dispusieron el último domingo de abril la posibilidad de salir a la calle con fines de esparcimiento.

El gobierno argentino mira con detenimiento lo que pasa en los países que ya comienzan a aplicar su programa de salida de la cuarentena. A pesar de que el presidente ya habló de las “fases” previstas en nuestro país, lo cierto es que todo es un proceso de aprendizaje constante, según reafirmaron voceros del ala política de la Casa Rosada.

También está más que claro que la estrechez económica obliga a buscar soluciones que no pasen por la emisión monetaria ni por la toma de créditos a tasas estrafalarias (los bancos con sede en el país se niegan a prestarle al Estado argentino a tasas razonables).

Entonces, el otro camino es tratar de empezar a rearmar el aparato productivo.

Y para eso es necesario que una buena cantidad de argentinos abandone el encierro en sus casas.

Por eso, los asesores de Fernández elaboran con el jefe del Estado un plan al que llaman de “cuarentena optativa”.

De todas maneras, otros informantes oficiales enfatizan que dicho plan se pondría a prueba a partir del lunes 11 de mayo durante dos semanas. Si al cabo de ese tiempo la curva de infecciones por coronavirus crece de manera geométrica, inmediatamente Fernández anunciará que todo vuelve a atrás y la cuarentena será otra vez obligatoria.

Por el contrario, si esa curva cede o se mantiene en los niveles que se registren el 10 de mayo, el plan tendrá continuidad.

Obviamente, para que esto se ponga en marcha el poder central deberá contar con el respaldo irrestricto de los gobernadores, aclaran desde la Casa Rosada.

Ver: Alberto Fernández volvería a Córdoba para visitar una fábrica

En El Panal mantienen la calma sobre este punto y esperan más detalles con el correr de los días. De todas maneras, Fernández volvería a Córdoba en los próximos días y visitaría la fábrica de respiradores Tecme, aunque se estima que también podría tener un diálogo a solas con el gobernador Juan Schiaretti.

Lo cierto es que la presión social por hacer cesar la cuarentena se incrementa con el correr de los días. De todos modos –al decir de un funcionario nacional- “no se puede tirar por la borda todo el esfuerzo de 50 días por el solo hecho de ir a a comer un bife o comprarse una campera”.

Esa frase contiene una parte de la verdad. La otra está dada en la necesidad que tiene el país de volver a generar riquezas para que la Argentina no se convierta en el país de los muertos vivos.