La pregunta del millón es conocer si Juntos por el Cambio perderá votos luego de este cierre de listas, que más que el armado de nóminas de candidatos a cargos legislativos se pareció más a una feria americana de venta y trueque de productos de segunda mano que al diseño de un proyecto político para ganar un comicio.

Otra expresión no cabe para definir el nuevo y enorme papelón que protagonizaron los dirigentes de ese sector dominado en Córdoba por el radicalismo que, según todas las encuestas, ganará los comicios de medio término con una ventaja importante.

Si bien las urnas de las Paso se habilitarán en casi dos meses, habrá que ver si la sociedad no castiga con dureza a los viandantes porque no se trata de cuestionar a las Paso o a la elección interna, sino a la forma en la que los protagonistas trataron de sacarle partido a una situación indefinida hasta casi la medianoche.

La primera batahola partidaria la protagonizó en 2019 la mayoría de estos dirigentes que ahora se sacan los ojos por figurar en un listado.

La falta de liderazgos llevó al radicalismo a ser furgón de cola del macrismo y a engullir las migajas del piso. Todo vale y todo sirve.

Está visto que la generosidad cordobesa permite siempre nuevas oportunidades. Y si persiste la intención de voto no es por el carisma de sus hombres y mujeres que conducen al partido centenario sino por el marcado antikirchnerismo que se hizo fuerte en toda la provincia, especialmente a partir del conflicto con el campo en 2008 y las fuertes diferencias de las administraciones provinciales dominadas por el peronismo y los gobiernos nacionales kirchneristas.

Eso es lo que mantiene en pie a esta alianza opositora que sumó a Luis Juez y su Frente Cívico, al PRO y a otras expresiones minoritarias. En realidad, tanto el exintendente de Córdoba como Mario Negri miden muy bien en las encuestas difundidas hasta el momento. Pero como no podía ser de otro modo en esta comedia de enredos, los dos que mejor miden se enfrentarán en esta interna. El tema, se insiste, no es la pulseada en las Paso, sino los mecanismos de selección utilizados.

Negri por un lado y Juez por el otro, con compañeros que se cambiaron casi sobre el filo del plazo de presentación de listas.

Juez estuvo todo este tiempo con Gustavo Santos e incluso ambos se fotografiaron como si fueran una fórmula gubernamental. Pero no, en las últimas horas la sociedad se estampó contra la pared y el macrista Santos fue a los brazos de Negri, que en un abrir y cerrar de ojos se olvidó de los desplantes a los que fue sometido por el expresidente. Acomodó el cuerpo y selló un nuevo acuerdo.

Con Negri también está Ramón Mestre, quien subirá a la lista de candidatos diputados nacionales en tercer lugar de ese frente. En soledad, Juez armó una dupla con Rodrigo De Loredo.

Todo esto se hizo contrarreloj y con fortísimas presiones de los popes nacionales, desde el propio Macri, pasando por Horacio Rodríguez Larreta, Elisa Carrió y Graciela Ocaña.

Por afuera de los nuevos grupos mayoritarios quedaron Javier Bee Sellares y Dante Rossi que liderarán otras dos listas con escasas chances de éxito, pero como lo dijeron ambos dirigentes “sin renunciar a las convicciones”.