De conspiraciones y judicialización de la política
El diputado nacional Leopoldo Moreau ha acusado a la Embajada de EEUU de ser instigadora del Lawfare en la Argentina.
Sostiene Moreau que ante la imposibilidad de ganar elecciones o de dar golpes de estado, el poder económico internacional recurre a estos nuevos modos de intervención e inferencia en los países.
Grupos concentrados de la Economía unidos a grandes Medios de Comunicación, promueven acciones políticas que luego se implementan a través de Agrupaciones Políticas y de Jueces y Fiscales coptados para lograr sus fines. Moreau avanza mucho más en su denuncia y da nombres de personas en la Embajada que, según él, hasta reclutan Fiscales para manejar políticamente el Sistema Acusatorio de la Argentina.
Lo cierto es que el Lawfare existe y se ha utilizado en muchos países de la región, como fue el caso de la caída de Dilma y Lula en Brasil, la de Correa en Ecuador, y la de Evo en Bolivia, para citar sólo los casos más notorios. Esta modalidad política de dominación requiere de fake news, de políticos corruptos, y de mentiras generalizadas y constantes. Pero no es infalible. Y no lo es porque sin importar cuán poderosos sean los intereses económicos, políticos o mediáticos, siempre a la corta o a la larga, es la voluntad popular la que termina imponiéndose. Hasta los Imperios más poderosos sucumben ante los Pueblos. Y hoy, pese a todos los esfuerzos de la Derecha mundial, cae Agnes en Bolivia, Lenin Moreno en Ecuador, Lula vuelve a ser presidenciable en Brasil, y Alberto Fernandez consolida su poder en Argentina.
Si uno lee las editoriales de los Medios Hegemónicos, o escucha a los líderes opositores, o si se guía por las mentiras en las Redes Sociales, deberíamos pensar que Macri aún es el Presidente. Pero la realidad es otra diametralmente distinta. Tenemos un gobierno consolidado que ha recuperado el concepto de Salud Pública y que avanza con su Plan de Vacunación pese a todos los obstáculos que le ponen en su camino. Un gobierno que está recomponiendo la situación de Deuda extrema que le dejaron, que mejora los indicadores de la Economía, y que avanza con reformas estructurales, como la Judicial o la Impositiva, a pasos firmes y seguros.
Lo que afirma Moreau seguramente es verdad, y eso obliga a acelerar procesos en este año electoral. Yo también creo que el cambio debe comenzar muchas veces por la cabeza, y el caso más claro es el de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Es hora de comenzar a pensar en firme en la necesidad de aumentar el número de Jueces y democratizar la Corte para que de una buena vez se imparta Justicia no discrecional, y que se ponga freno a la judicialización de la Política.