Hace unos días, integrantes del grupo de facebook “La Revolución De Las Viejas”, junto a organizaciones feministas de todo el país, elevaron una denuncia ante la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. El motivo de la misma fue lo sucedido en un segmento del programa “Intrusos en el Espectáculo”, en el que el periodista Rodrigo Lussich, que se emite por Canal América Tv, ridiculizó a las personas mayores. Lo hizo al hablar sobre algunos personajes masculinos públicos que envejecen pareciéndose a mujeres mayores, con total conciencia de la improcedencia de sus dichos, dado que aclaró: “Nos parecía fuerte poner Ranking de famosos convertidos en viejas, por eso pusimos señoras” pero sin perjuicio de todo ello agregó: “Hay famosos que han envejecido, que están camino a ser viejas”. Algunos ejemplos de los dichos:

“Axl Rose: Es una vieja hecha y derecha” y agrega: “Es Celeste Carballo”.

“La Mona Jiménez es Rosana. Muy vieja la Mona. Mucho seno la Mona, urgente corpiño para la Mona”.

“Que en paz descanse. Camilo Sesto murió siendo una vieja”.

Todo lo reseñado pone en evidencia, tanto la ridiculización de los hombres envejecidos, como el de las mujeres mayores tomadas como “modelo ridículo” de la vejez.

Lo sucedido aquí nos permite visibilizar una realidad que es parte de nuestra sociedad y de la que los medios no son ajenos: la discriminación hacia las personas por edad y, como consecuencia, la violencia hacia las personas mayores, así como también estereotipos de género hacia las mujeres de más de 60 años.

La gravedad de lo expuesto, en tono de burla, desde un medio de comunicación masivo, en un programa visto a nivel nacional, generó además de la denuncia anteriormente mencionada, un fuerte reclamo por parte de organizaciones vinculadas a la geriatría y gerontología de nuestro país, tales como el Centro Internacional de Longevidad Argentina (ILC); El Seminario Permanente de Investigación y el CPO en Derecho de la Vejez de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y otras instituciones que trabajan por los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que terminó también en una nueva denuncia pero dirigida al Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) firmada por la Dra. Isolina Dabove y 112 adhesiones de todo el país.

Me parece importante, frente a lo sucedido, recordar que Argentina el 27 de octubre de 2017, ratificó la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, mediante la ley 27360 que en su artículo 5 hace referencia a “la igualdad y no discriminación por razones de edad”.

Pero además, podemos encontrar referencias explícitas en diferentes convenciones y leyes tales como nuestra Constitución Nacional, la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual, entre otros.

Los prejuicios y estereotipos negativos sobre la vejez que circulan en el imaginario colectivo y se reproducen desde las pantallas televisivas, dan lugar a prácticas sociales que son lesivas de los derechos y libertades de las personas mayores. Este fenómeno, denominado “ageism” por el psiquiatra norteamericano Robetr Butler o “viejismo” por el Dr. Leopoldo Salvarezza, alude a una serie de creencias, normas y valores que justifican la discriminación de las personas según su edad, cuyas consecuencias son comparables a los prejuicios contra las personas de distinto color, raza o religión o contra las mujeres en función de su sexo. Se trata de una práctica social compleja, dirigida a “devaluar consciente e inconscientemente el estatus social de la persona a causa de su vejez”.

Quienes trabajamos en los medios de comunicación tenemos una enorme responsabilidad social y, puntualmente cuando hablamos de esta etapa de la vida, tenemos la posibilidad de colaborar con la erradicación las prácticas viejistas que nos rodean. Está en nuestras manos, en nuestras voces, en nuestro trabajo, reconocerlas y desterrarlas. Por quienes hoy viven la vejez y por quienes vamos camino a vivirla: Basta de viejismo!