Los anuncios del presidente Alberto Fernández con duras restricciones a la circulación de personas en el Amba, provocaron la existencia de dos países.

Por un lado, parte de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por el otro, el resto que se acomoda como puede.

En el fondo hay una batalla política que tiene un capítulo electoral muy fuerte y que actúa como una ola que invade la situación sanitaria.

Arropado por el kirchnerismo duro, Alberto Fernández dispuso normas muy duras para resolver la situación que atraviesa el Amba (muy pero muy complicado por la segunda ola de Covid) y, por el otro, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Los dos se juegan mucho en la resolución de la pandemia y también de las elecciones.

Córdoba se desmarcó porque sus autoridades consideran –según fuentes de El Panal- que aquí el peor momento no llegó y si se toman medidas extremas ahora, se puede desgastar a la sociedad. “Debemos esperar un poco”, consideró un vocero schiarettista, quien reconoció que el gobernador Juan Schiaretti se sorprendió con el planteo presidencial.

Algunos expertos juzgan que los problemas mayores en Córdoba podrían darse dentro de unos 15/ días y aquí hay un tema central: la educación. Si el dictado de clases es presencial o no consume muchas de las discusiones.

Hay un punto a favor: en los próximos días volvería a crecer la provisión de vacunas pero, a su vez, se comprobó que en esta segunda ola creció el contagio de niños y adolescentes con lo cual, vuelve a darse un lugar común que a veces sirve para explicar la situación: quién nació primero, el huevo o la gallina.

La confrontación política no se termina en el Amba, muy por el contrario. En Córdoba también florece. Hace pocas horas, el senador nacional albertista Carlos Caserio le dijo a un grupo de dirigentes de su sector que a él lo alienta un deseo: “competir” contra el gobernador Juan Schiaretti en una elección.

Está claro que el parlamentario se refería a la elección de medio turno en la que seguramente medirá fuerzas con Alejandra Vigo, la esposa del gobernador, quien irá al frente de las boletas del “peronismo cordobesista” para la Cámara de Senadores de la Nación.

En los últimos días Caserio y los albertistas se mostraban felices con algunas encuestas que recibieron y que le daban una leve ventaja al hombre de Punilla sobre la diputada nacional.

“Todas las encuestas nos dan entre tres y cuatro puntos. Carlos le va ganando a Alejandra”, exclamaban los albertistas-kirchneristas.

Pero hay que darle contexto a la situación porque muchas de esas encuestas fueron encargadas por el Frente de Todos y por el propio Caserio, aunque otros sondeos también hablan de paridad. Además. La evolución de la pandemia va a tener un peso importante en las urnas de las Paso y también en las generales.

Pero ese resultado de hoy, que es un virtual empate técnico, hubiera sido impensado hace tres meses. El motivo de este emparejamiento está dado por la fuerte polarización que se viene dando el Frente de Todos y los schiarettistas.

Esta elección de medio término podría compararse con una carrera de Fórmula 1, cuando el puntero le saca una cómoda ventaja a sus perseguidores o se “corta”, tal como les gusta decir a los fanáticos del automovilismo.

Aquí, y más allá de los fuertes contrasentidos internos, Juntos por el Cambio ganará con absoluta tranquilidad si no pasa extraño. Entonces, el gran atractivo será la lucha (en este caso política) por el segundo puesto. Y es allí donde la interna peronista se sacará chispas.