Perdón por la insistencia pero las cosas no cambian: en medio de la dolorosa pandemia y la dura crisis económica, la clase dirigente se toma un tiempo para pensar en el proceso electoral que tendrá su fecha más importante en la primavera del año próximo, cuando se vote para elegir diputados y -en el caso de la provincia de Córdoba- senadores nacionales.

Los partidos administran sus caóticas situaciones, motivadas por la complejidad de la economía que golpea las gestiones. Este es el caso del peronismo, que sufre la realidad que marcan los números de las administraciones que conducen, lo cual provoca el padecimiento del Gobierno provincial y de la Municipalidad de Córdoba, por citar los dos casos más emblemáticos de nuestro distrito.

El caos de la oposición tiene otra génesis. La sucesión de derrotas va horadando cada vez más las bases de su solidez. Hoy, el rol que exhibe es el de partenaire. Sin embargo, sacó la sortija que tiene sellado el nombre de Mauricio Macri y precisamente el expresidente sigue siendo la principal opción electoral en Córdoba, sobre todo en una elección como la próxima en la que se votarán cargos legislativos.

El regreso de Gustavo Santos no es una casualidad ni una mera coincidencia. El exministro de Turismo del macrismo también trabajó en Córdoba en esa área durante las administraciones de José Manuel de la Sota (la tercera) y en el primer mandato de Juan Schiaretti.

Santos es hoy el abanderado del PRO y vino para encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales, continúe o no el acuerdo con la UCR. El ex funcionario macrista mantiene en estos días encuentros con dirigentes de diferentes sectores de Juntos por el Cambio y en cada cita no oculta el deseo de rearmar una alianza coherente. A eso lo admiten fuentes de todos los nucleamientos que integran la coalición

Ese es el debate del sector opositor que busca la continuidad de la alianza, porque si se pregunta a los mestristas, todos coincidirán: hay que seguir con la lista 3, a pesar del fracaso contundente en los comicios de 2017. En la renovación de autoridades del radicalismo estará dada la disputa. Por un lado los mestristas y por el otro esta agrupación informal que colorean Rodrigo De Loredo, Orlando Arduh, Juan Negri, Javier Bee Sellares y el angelocista Javier Fabre, entre otros.

En apariencias, la falta de acuerdos haría repetir la desopilante solución de el proceso electoral anterior: fractura para las categorías provinciales.

¿Ramón Mestre exigirá como moneda de cambio una candidatura al Congreso nacional?

Peronismo esquina Parlamento

El jefe del peronismo hoy es Schiaretti, por más que haya voces que buscan disputarle el liderazgo.

Los voceros del gobernador admiten los problemas de gestión extra pandemia pero no dan nada por terminado. La presentación de una lista de unidad con mayoría de albertistas y kirchneristas en las listas es una opción, aunque con algunos condicionamientos.

Los hombres de Schiaretti aseguran que no habrá una solución a la De la Sota, quien entregó la lista de candidatos a los kirchneristas. El año que viene habrá, al menos, una schiarettista pura al tope de la lista de candidatos a diputados o a senadores: la actual diputada nacional, Alejandra Vigo.

Tres de las fuentes consultadas indicaron que el piso de Vigo es repetir en la cámara baja aunque su deseo mayor será ser aspirante al Senado. Allí estará dada la gran disputa con el albertista Carlos Caserio.

Algunas voces del oficialismo provincial no descartan que al tope de las listas haya dos mujeres: la citada Vigo y otra dirigente que Alberto Fernández considera “propia”. Hablamos de la legisladora provincial Natalia de la Sota, quien siempre se regodea cuando repite que ella mantiene “una relación política personal con Alberto Fernández”.

Después de desparramar las fichas en el paño del juego, unos y otros seguirán evaluando cómo se gestiona una provincia o una ciudad grande en medio de la pandemia.