Se vienen días más vertiginosos que los que pasaron en el Congreso de la Nación porque al seguramente tenso debate que se dará en el Senado el 29 de este mes por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) que ya cuenta con media sanción de Diputados, sobrevendrá la discusión en la Cámara Baja por la movilidad jubilatoria.

La nueva reforma previsional estará en la mesa y su resolución tendrá vital importancia para los 8,8 millones de jubilados y pensionados que tiene el país. Aquí se analizará el cálculo del ajuste de las retribuciones y eso genera lógicas polémicas, motivadas en parte por la supuesta injusticia en la determinación de los incrementos y también por la esperable reacción de los opositores que siempre buscarán obtener un rédito político o, mejor, que el oficialismo pague los platos rotos de una medida antipática.

Los votos de los cuatro diputados schiarettistas resultarán claves en esta decisión que tome la Cámara y que ya cuenta con media sanción del Senado.

¿Qué harán los peronistas cordobeses?

Oficialmente, la estrategia utilizada es el silencio y el objetivo es dejar al tema en segundo plano, con la idea que la discusión por la IVE concentre todas las miradas de la política y los medios de comunicación.

En el Gobierno nacional son optimistas respecto del voto positivo de los cordobeses y, aunque no lo dicen, esa esperanza se funda en el financiamiento que brinda la Nación a la Provincia para paliar el agujero negro de la Caja de las Jubilaciones, que no es coparticipable y, por tanto, podría desaparecer de un día para el otro.

“Este mes mandamos 7 mil millones extra a la provincia de Córdoba”, se ufanó una fuente del Gobierno de Alberto Fernández en lo que se interpreta como un guiño y a la espera de una “respuesta favorable” en Diputados.

En realidad, el gobernador Juan Schiaretti se encuentra en una encerrona porque por más que no concuerde con el nuevo cálculo de ajuste de las jubilaciones, hoy no está en condiciones de dar un portazo.

No se puede comparar esta situación con el voto por la IVE del bloque schiarettista, como aducen algunos dirigentes cercanos al gobernador. En contrapartida, los albertistas opinan que es un tema de otras características y en el que, además, el oficialismo nacional ya contaba con los votos suficientes como para sacar la media sanción.

Final con bandera verde

En el Senado, la resolución del debate por la IVE es incierta. De acuerdo a voceros que defienden la iniciativa y de los que la rechazan, el llamado poroteo es muy parejo. Incluso, hay dos senadores que están de acuerdo con el proyecto de ley, han puesto objeciones (el juecista cordobés Ernesto Martínez y Alberto Wereletinek, de Juntos Somos Río Negro). No está claro tampoco el voto de la cordobesa Laura Rodríguez Machado (PRO), que en 2018 votó a favor.

Según voceros del sector que defiende el proyecto, existen “muchísimas presiones, y algunas se traducen en hechos violentos como amenazas a senadores y a sus familias”.

En Córdoba, en estos días  fueron escrachados el jefe del Interbloque Juntos por el Cambio, Mario Negri y las diputadas Gabriela Estévez (cristinista) y Brenda Austin (Juntos por el Cambio).

Los que están a favor de la IVE, aseguran que hay credos que han tomado una actitud violenta, aunque excluyen a la Iglesia Católica de esta estrategia. Concretamente, acusan por esto a iglesias evangelistas. Por otro lado, dirigentes justicialistas deslizan que el propio expresidente Mauricio Macri está hablando uno por uno con sus senadores para que voten en contra, con el fin de que el presidente Alberto Fernández pague los costos por una eventual derrota del oficialismo en el Senado.
Horas cruciales, días cruciales. Feliz Navidad.