Al finalizar el primer debate de la serie de tres previstos en la campaña presidencial de los Estados Unidos, las cadenas internacionales salieron a consultar a la ciudadanía sobre el cruce. Una amplísima mayoría dijo sentirse “defraudada” por la forma en que se maltrataron los candidatos presidenciales Donald Trump –el republicano que intenta su reelección–y el desafiante demócrata, Joseph Biden.

Es que el debate se redujo a una andanada de descalificaciones pronunciadas por ambos expositores, de modo que no se escuchaban y, como consecuencia, la confrontación de ideas no existió, a pesar de que se abordó un eje temático rico y diverso, que permitía otra cosa.

Sin embargo, el debate fue convertido en un fuego cruzado ordinario y sin ningún tipo de lucidez. Trump fue el que constantemente agredió a su adversario y trató de no dejarlo halbar.

Por lo que se vio en la televisión, Trump, fiel a su costubre, se llevó el premio al al que más gritó, al que utilizó frases más intimidatorias e irrespetuosas, lo que llevó a Baiden a exigirle –también alzando la voz- que se callara y que lo dejara hablar.

Los principales encontronazos se dieron cuando se abordó el tratamiento que hizo Estados Unidos de la pandemia. Allí el opositor remachó que el país tiene más de 200 mil muertos y que es la Nación de la tierra con más fallecimientos. El actual presidente contragolpeó argumentando que eso no es así porque los chinos y los rusos “tienen más pero no los cuentan”.

Además de la pandemia, también discutieron sobre la recuperación de la economía y la inclusión de una nueva integrante en la Corte Suprema de Justicia dispuesta por Trump (una republicana que se opone tenazmente al aborto).

El debate fue “el equivalente político de una guerra en la que ambos contendientes se arrojaron comida”. De esa manera, el analista de la BBC Antonhy Sucher calificó este primer encuentro cara a cara.

Desde el inicio del debate que se extendió por 90 minutos, quedó claro que la estrategia del republicano era interrumpir en forma constante a su oponente. CBS News aseguró que Trump cortó 73 veces a su rival.

Biden va ganando en la mayoría de las encuestas pero seguramente la noche del martes no dejó grandes elementos para que la ciudadanía saque conclusiones. Sólo se observó una nutrida gama de insultos y descalificaciones que nada aportan.

Para el diario de Barcelona, España, La Vanguardia, fue “el peor de los debates y sólo perdieron los electores”.

El supuesto intercambio de ideas se desarrolló en Cleveland, Ohio, y durante el mismo el oficialista se vio obligado a explicar su situación impositiva, a raíz de la publicación del diario New York Times de un informe que decía que en 2016 sólo pagó 750 dólares de impuestos. Trump negó rotundamente esto pero sin pruebas, ya que ese año no exhibió su declaración jurada de bienes.

El próximo 15 de octubre será tiempo del segundo debate y el 22 del mismo mes se cerrará el intercambio de ideas que, se espera no repita las torpezas, los insultos y las barbaridades del primero, durante el cual, la agenda latinoamericana no estuvo presente en ningún momento.