Silvina Batakis inició su gestión como ministra de Economía en una conferencia de prensa en la que anunció un paquete de medidas con el cual seguramente su antecesor Martín Guzmán está en un todo de acuerdo y por eso aplaude.

Fue el plan de Guzmán con otro tono, pero que resalta un apego a los programas impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que la Argentina supere su crisis.

Lo que llama la atención es el silencio de la vicepresidenta Cristina Fernández, de La Cámpora y del Instituto Patria. No se pide un respaldo o se exige un rechazo, simplemente se destaca el silencio que, en este caso, adquiere un valor significativo.

Hubo dos excepciones a la regla: Hugo Yasky, diputado nacional del Frente de Todos, y el dirigente social Juan Grabois, ambos enrolados en el kirchnerismo. Los dos cuestionaron el programa anunciado por la ministra.

La propia Cristina había sido muy dura con este tipo de proyectos de soluciones al marcar sus diferencias con Guzmán. Ahora eligió el camino del silencio.

Evidentemente, ese silencio no es casual sino que surge del acuerdo o la tregua con Alberto Fernández, y hay que sumar al titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

Por el momento, los temidos mercados no tumbaron la iniciativa oficial y se registró un moderado retroceso del valor del dólar. Eso no quiere decir que haya que definir como exitoso el sendero elegido por la ministra. Hoy todo es un enigma.

Batakis anunció que centralizará el manejo de la cuenta que distribuirá el gasto, lo que equivale a decir que se busca un ahorro de más de 600 mil millones de pesos. ¿De dónde saldrá? Basicamente, de la retracción de la obra pública lo cual seguramente traerá aparejada una nueva reducción del empleo. Hay que tener en cuenta que la inflación de julio –que se conocerá en agosto- seguramente se ubique en torno a los dos dígitos, lo cual tendrá un efecto significativo.

En otro momento, le habrían saltado a la ministra de Economía. Hoy no. La prioridad la tienen la mesura y la disciplina política y no notan algunos hechos más que significativos.

Video sorprendente

En las últimas horas se conoció un video de una reunión gastronómica organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA), que tuvo como orador al ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Hasta ahí nada extraño pero lo que llamó la atención fue el recibimiento al funcionario del gobierno nacional, una de las principales espadas del kirchnerismo.

Cuando arribó al lugar, el disertante recibió elogios casi exagerados de parte del dueño de Casa, Daniel Funes de Rioja, y del empresario Eduardo Eurnekian. “Ni que hubiera llegado un jefe de Estado” , comentaron jocosos algunos empresarios que fueron testigos del encuentro.

¿Hay algún cambio o alguna señal de Cristina a los sectores empresarios siempre defensores del liberalismo económico? El episodio con el ministro del Interior en la UIA y la conversación de Cristina con, por ejemplo, el economista Carlos Melconian –titular de Ieral–parecerían llevar a una respuesta favorable a ese interrogante. Sin embargo, una mirada más fría pone entre paréntesis la situación y se enfila a decir que la coyuntura obliga a bajar un cambio o dos y a ser muy cautelosos.

Por el momento el silencio de Cristina es sugestivo, tanto como los elogios a Wado de Pedro, de quien se dice que podría ser candidato presidencial o bien a gobernador de Buenos Aires. Por ahora, reina el silencio. Esa es la estrategia del oficialismo en estas horas, mientras sus principales protagonistas tratan de suturar las heridas.