El proceso electoral que está en marcha en la Argentina es complejo porque, mas allá de las PASO hay una Elección General en la que se dirime que tipo de Estado va a predominar en los próximos años. Las opciones son dos. Por un lado un Estado mínimo, casi ausente y al servicio fundamentalmente del Mercado y por el otro un Estado Social de Derecho activo y presente. Los dos modelos en pugna son absolutamente contrapuestos y así son presentados por los candidatos en sus campañas.

Desde la Derecha no hay propuestas que apunten a cubrir las necesidades elementales de casi la mitad de los Argentinos que están sumidos en la pobreza o la indigencia. Además consideran que el Estado no debe atender necesidades básicas con planes de emergencia y creen que la calidad de vida y el bienestar se logran solamente con el mérito y el esfuerzo personal.

Desde la Izquierda y otros sectores más progresistas, por el contrario, consideran que el Estado debe actuar como un árbitro que asegure ingresos que permitan a todos el acceso a la canasta básica. Para ello debe ser facilitador de paritarias, impedir despidos, garantizar ayuda social a los más desprotegidos y asegurar Derechos y Garantías para toda la Sociedad. 

No hay que confundir las PASO con la Elección General. En las PASO se dirimen diferencias entre los candidatos, mientras que en la Elección de fondo la mayoría va a decidir cuál es el Proyecto de país que queremos construir en la Post Pandemia.

En el total nacional tiene mucho peso la Provincia de Buenos Aires y es probable que al final predomine la visión del Oficialismo porque todas las medidas que se han tomado a nivel social, económico, de obras, impositivo y sanitario en estos dos primeros años, han estado orientadas a cuidar, proteger y asistir primero a los que menos tienen. Garantizó Derechos, dio ayuda social, vacunó masivamente y cuidó los ingresos de todos los grupos sociales según sus necesidades.

La Oposición es fuerte en algunos distritos como Jujuy y Mendoza, pero en otras jurisdicciones como en CABA o Córdoba, sí bien son fuertes, le han aparecido problemas serios. En CABA Leandro Santoro busca el voto de la Social Democracia y de Centro Izquierda que esta latente, semi dormido, pero que existe y se va a revelar sí encuentra un candidato con el mensaje justo y adecuado.

El Caso de Córdoba es es muy particular y diferente porque el Peronismo está irremediablemente dividido y ésta fractura permite que se produzcan posibles acuerdos bajo la superficie que trascienden los límites partidarios. Estos factibles pactos explicarían muy bien las diferencias y divisiones dentro de su propio  espacio e incluso en la oposición misma. Es una telaraña en la oscuridad que siempre es funcional a la Derecha.