Las expectativas políticas, económicas y sanitarias de la mayoría de la población, respecto del segundo semestre de este año, van a ser determinantes a la hora de votar y condicionarán el resultado tanto de las PASO como de la elección de legisladores.

Las tres principales preocupaciones de la sociedad son la inflación y el aumento diario de los precios, el desempleo y el posible colapso del sistema sanitario. Cada uno de estos tres temas influye en las expectativas de la gente a corto plazo. La oposición ha elegido el camino del miedo. Sembrar miedo es un modo perverso de hacer política que evita tener que argumentar. No es necesario tener propuestas de alternativas porque basta con inocular temor. Considera que con fake news y agravios será suficiente para crear conmoción en la gente. Lo hacen sus dirigentes constantemente y lo replican hasta el cansancio sus medios de comunicación. El resultado es que muchos se asustan y les creen. El método no es nuevo pero en algunos lugares como CABA, Córdoba y Mendoza han dado resultados. 

Bullrich se bajó de la candidatura de CABA, no sólo para disminuir los decibeles de la disputa Inter por los cargos sino para cumplir una misión para la cual es la mejor dotada. Ella viajará, seguramente muy bien financiada, por todo el país sembrando el odio ciudad por ciudad durante los próximos dos años.  El odio no precisa argumentos y le bastará con apelar a Argenzuela, Haití, Cristina, el Comunismo y vaya a saber cuánto cucos más, pero todo estará siempre determinado, en definitiva, por las expectativas de la ciudadanía. 

El oficialismo ganó hace dos años porque la expectativa de la mayoría era que Alberto mejoraría la economía desbastada por el macrismo. Había un optimismo que en la actualidad no está presente. Hoy la mayoría aún es pesimista sobre la recuperación económica y esto es fundamentalmente por el peso y la consecuencias de la pandemia. El Gobierno sabe que debe revertir esa situación y todas las medidas que toma apuntan a llegar a septiembre con un humor social positivo y optimista. Inyectó 9000 millones para incrementar el consumo, arregla paritarias por arriba de la inflación y ya aparecen mejoras en los indicadores de la industria y la construcción. Se aseguró evitar despidos por este año y busca aumentar el empleo con la obra pública. Alberto sabe que controlando la inflación y el desempleo sólo le queda el frente sanitario. Hasta ahora ha evitado el colapso en las terapias intensivas y la Campaña de Vacunación ha sido exitosa al punto que antes de finalizar julio el 100% de los inscriptos mayores de 18 años estarán vacunados con la primera dosis, ocupando hoy el puesto 18 entre los países con más vacunas aplicadas, según la Universidad de Oxford. 

En definitiva aquí van a confrontar electoralmente por un lado el odio sembrado por la oposición y por el otro el optimismo que pueda generar el Gobierno. De esta confrontación surgirán las espectativas que determinan el resultado de las próximas elecciones.