Desde la comodidad de sus bien remuneradas poltronas y de manera virtual, la 
Corte Suprema de Justicia resolvió la presencialidad escolar obligatoria para los niños de CABA.

Esto que parece un acto tragicómico de una película clase Z es en realidad un acto político casi sin precedentes que pone en riesgo el equilibrio de los poderes en la República. La Corte decidió desconocer la autoridad del Presidente de la Nación ejercida por un DNU dictado en ejercicio constitucional, para resguardo de la Salud Pública y en medio de una Pandemia sanitaria sin precedentes. Se trata de un fallo político que amerita un reproche y el inicio de una Investigación del juicio político contra sus integrantes. 

La Corte y el juicio de la historia

Es evidente la intencionalidad partidaria de la decisión tomada. Y sí la Corte ha decidido actuar en la arena política, tal como antes lo hizo con el fallo del 2x1, tendrá que ser la política la que ponga los límites para preservar el equilibrio de los poderes.

Según un Informe de la Encuestadora Monitor Nacional, el 91,5% de los Argentinos no confía en los Jueces ni en el Sistema Judicial.  Fallos como este sólo acentúan esa desconfianza.

El Presidente, como buen catedrático de Derecho respondió de manera brillante y le dijo a la Corte que pueden escribir todas las hojas de Sentencias que quieran, pero él no dejará de velar por la Salud de los Argentinos. Esto significa poner a la Corte en el lugar que le corresponde y marcarle el límite de su competencia. Además se mostró junto a los líderes de la coalición gobernante y denunció la intencionalidad política que persiguen los miembros de la Corte tratando de impulsar a su Candidato partidario para la Presidencia. Pero todo esto no es suficiente y será necesario avanzar aún más. Tal vez ya llegó la hora del Juicio Político o de la ampliación del número de miembros de la Corte, o tal vez, como ocurrió con el tema del 2x1, será hora de la movilización popular masiva, aunque esto último parece improbable en plena ola de la pandemia y debido a los contagios. Lo que sí es cierto es que la respuesta debe ser política y deberá provenir del Soberano, que es el Pueblo.

La Corte ha decidido que el Gobierno Nacional no tiene competencia para tomar medidas sanitarias, y esto es inadmisible en medio de una emergencia que sólo hasta hoy, ha costado la vida de 65.000 compatriotas. La Corte ha decidido violentar las Instituciones de la República y deberá hacerse cargo de las consecuencias y de los muertos.

Tarde o temprano la Corte irá a juicio o no, pero lo que sí será ineludible es el juicio de la historia.

La historia valorará a un gobierno que, en las condiciones más adversas, luchó sin descanso contra una plaga mundial que nos arrebató la vida de más argentinos que ninguna guerra ni pestes en el pasado.

La historia juzgará y será juzgada.