Hay una sentencia que está desparramada en el mundo del fútbol, donde finaliza diciendo que “siempre ganan los alemanes”. El Bayern Munich le ha rendido tributo al reduccionismo de Lineker ganando la Champions de punta a punta y generando otro predominio histórico.  También dejó en claro que aún prevalece la vieja guardia en Europa.

La final continental ponía en juego dos modelos económicos bien diferenciados: El alemán, con la convergencia empresarial y el tándem Adidas- Audi- Allianz, con el francés que se nutre de un fondo de inversión de Catar, los próximos organizadores del  Mundial. El PSG fue fundado en 1970, década dorada del Bayern que logró ganar tres Copas de Europa consecutivas ( 74, 75 y 76), con históricos jugadores como  Maier, Beckenbauer, Müller y Höeness, muchos de ellos involucrados en el área deportiva del club.

También los entrenadores hablan el mismo idioma. La final de Lisboa enfrentó a dos técnicos de ese país: Thomas Tuchel y Hans-Dieter Flich. La temporada pasada le había tocado ese privilegio a Jürgen Klopp, ganador además de la Premier en Inglaterra con el Liverpool.

El flamante monarca continental también ganó la Bundesliga y no pierde un partido desde octubre del año pasado. Ha ganado 30 de 33 partidos, y lo consiguió con un sello de su país. A diferencia de otros años, hay una preponderancia de jugadores alemanes. En la final fueron 6 de 11, con el liderazgo de Neuer y Thomas Müller, que lograron emerger de las críticas que solicitaban un cambio de aire por lo que consideraban un fin de ciclo.

La llegada de Flich produjo el milagro premeditado. Nada de lo que sucede en Alemania está librado al azar. Es cierto que el ciclo del técnico estuvo pensado en una transición. Pero la historia del hombre que ideó una nueva máquina de jugar al fútbol, merece ser contada. Hasta su confirmación como DT del Bayern, sólo ostentaba un solo antecedente al frente de un equipo: el Hoffeinhem en la cuarta división en el año 2005. Su principal reputación radicaba en la Selección de Alemania como asistente de Löw.

Dante Panzeri fue mucho más que un periodista deportivo. Se constituyó en un faro para una generación de colegas que se referenciaban  en el cordobés. Patentó una frase que permanece inalterable a través de los tiempos: “El fútbol es dinámica de lo impensado”. Observando algunos acontecimientos recientes, vamos a permitirnos una herejía consciente, desafiando aquella observación atemporal.

Hay dos mojones que han signado la historia reciente del deporte más popular. El 7 a 1 de Alemania a Brasil en el Mundial 2014 y el 8 a 2 del Bayern al Barcelona de Messi en los cuartos de la Champions. En las dos ocasiones estuvo Flich, como asistente en Brasil y como líder en Lisboa. Hay un terreno fértil para discutir, lapidar, chicanear, relativizar los alcances de un deporte que es insondable. Mientras ello sucede, en Alemania siguen estudiando y planificando. El fútbol seguirá nutriéndose del imprevisto, salvo en aquellas contadas ocasiones donde juegan los alemanes.