Semanas antes de comenzar la cuarentena en Argentina advertíamos desde este espacio que el teletrabajo se habría de imponer compulsivamente si se decretaba la obligatoriedad del aislamiento social, tal como sucedió y aún continúa con férreas restricciones al menos en el AMBA.

Expresamos en aquella nota publicada el 11 de marzo nuestras dudas con relación a la robustez de la conectividad y la infraestructura tecnológica en nuestro país. Hoy podemos afirmar que (con algunos baches) la prueba fue superada con creces: Las redes IP han experimentado en estos tiempos un incremento de tráfico cercano al 40%, mientras que el uso de la voz móvil aumentó alrededor de un 50% y un 25% en el caso de los datos, según señalan desde la firma IFX Networks Argentina.

Millones de trabajadores y trabajadoras que no habían experimentado con el teletrabajo lo hicieron y confirmaron que resulta una alternativa absolutamente válida aún para quienes mantienen una relación de dependencia con una empresa o institución.

Otros datos recopilados por la compañía especializada en recursos humanos Adecco no solo confirman que el teletrabajo se ha instalado definitivamente, también ha llevado a pensar a muchas personas (57% de los consultados por la firma) que podrían vivir en localidades menos pobladas, lejos de los abarrotados centros urbanos y seguir cumpliendo remotamente con sus funciones. 

La adopción de esta modalidad laboral ha motivado la sanción una ley que la regula y que entre sus puntos más importantes señala que debe ser la empresa o institución la que proporcione las herramientas (dispositivos) y su mantenimiento: El estudio de Adecco advierte que solo un 4% de quienes realizan teletrabajo en esta cuarentena recibe ayuda en este sentido por parte de la firma para la cual se desempeña.

Ahora bien, ¿podemos ilusionarnos con ciudades con menos tráfico, menos polución y personas más felices viviendo en entornos más naturales? Probablemente. De los 3.800 trabajadores y trabajadoras consultadas por la empresa de RRHH, el 51% señaló que está dispuesto a seguir con la modalidad de home office. 

En esta línea, la construcción de nuevos acuerdos (más allá de la ley) entre las partes involucradas serán indispensables ya que mientras un 60% se siente más relajado trabajando desde casa, el 42% admite desde su hogar le dedica más horas a su tarea laboral que cuando lo hace desde la oficina y en este sentido las mujeres aparecen como las más sobrecargadas. 

Más datos confluyen en el mismo sentido, apenas comenzada la cuarentena Aivo, la empresa tecnológica nacida en Córdoba, decidió cerrar definitivamente las oficinas que ocupaba en Nueva Córdoba y adoptar para todo su personal la modalidad de home office. Y si bien se trata de una firma nacida en el entorno digital y que ya lo había implementado previamente, claramente esta decisión representa una iniciativa que debe estar dando vueltas en la cabeza de miles de líderes por estos días. 
La pandemia nos cambió la vida: obviedad.
La pandemia nos cambió la vida laboral: qué bueno.