Por momentos, la política de Córdoba se parece a la película “Volver al futuro” y se coloca en escenarios ambientados en el segundo semestre de 2023. En ocasiones, el viaje va al pasado reciente y los protagonistas deambulan por 2016 y también por 2007. La trama oscila entre las elecciones del año que viene y las llegadas al poder de Cristina Kirchner y Alberto Fernández.

Inusualmente, se han conocido muchos detalles de la lucha en la provincia por ganar espacios en los comicios del año próximo y, por ejemplo, la oposición atraviesa momentos especiales.

Ya hay un grupo de radicales y de hombres del PRO trabajando para dinamitar la alianza entre el senador nacional Luis Juez y el diputado nacional Rodrigo de Loredo, lo cual es festejado por todo el peronismo, especialmente por el gobernador Juan Schiaretti.

De otro lado, sostienen que es el propio caudillo peronista es el que alienta esa diáspora en el principal frente opositor que tiene el oficialismo en Córdoba.

A medida que pasan los días, parece cada vez más cantado que Juntos por el Cambio tiene fecha de vencimiento en estos pagos. Ahora se viene la ruptura en el Concejo Deliberante de Capital, donde las dos concejalas del PRO –María Terres y María Iglesias– se preparan para alejarse del bloque que conduce Juan Negri y armar una bancada independiente. Eso va más allá de que pueda conformarse después un interbloque porque la unidad tiene pocos días de existencia en el legislativo capitalino.

Habrá que ver qué sucede con los representantes que tiene el juecista Frente Cívico en esa organización.

No son pocas las voces rupturistas que tratarán de alentar a De Loredo para que sea gobernador dejando de lado la alianza con Juez. De todas maneras, los ganadores de los comicios del año pasado tienen claro que la alianza les suma a los dos, más allá de la boleta para la que sean candidatos en la compulsa electoral que se viene.

Ruido peronista

En el justicialismo la carrera por el 2023 ya comenzó con con un ritmo inesperado, porque los movimientos del intendente de Córdoba, Martín Llaryora, son cada vez más contundentes en lo que hace a sus aspiraciones provinciales. Pero no es el único: el vicegobernador Manuel Calvo ya tiene sus equipos técnicos y virtualmente se ha lanzado como candidato a gobernador.

Sabe perfectamente el vice que ya no es el niño mimado del gobernador y hoy ha quedado relegado en la estructura que rodea a Schiaretti. “Ha perdido mucho espacio”, comentan los principales escuderos del Centro Cívico cuando se refieren a Calvo y recuerdan que también figuró en algún momento como posible candidato a intendente, pero allí también habría perdido espacio.

Ahora avanza en su nueva cruzada y espera enfrentar a Llaryora, de quien es adversario en el departamento San Justo. Recordemos que el intendente es oriundo de San Francisco y Calvo de Las Varillas.

Llaryora busca construir día a día su candidatura a gobernador, más allá de las contingencias que le presenta la gestión como, por ejemplo, lo es la “inseguridad eléctrica” en las plazas, que ya se cobró dos electrocutados, con un chico fallecido.

Ahora, plantea un ente metropolitano para conectar burocráticamente a la capital con los municipios del Gran Córdoba. En esa jugada también intenta sumar a sus bases a bastiones radicales. Tiene fluido diálogo con la intendenta ex mestrista Myrian Prunotto de Juárez Celman y hay operadores que tratan de incentivar el acercamiento.

El armado metropolitano fue severamente fustigado por otro de los candidatos al título, el intendente de Villa María, Martín Gill, quien dijo que están corriendo el riesgo de conformar “un ambita”, aludiendo al Amba, la estructura que vincula a una parte de la provincia de Buenos Aires con la Capital Federal.

Gill busca hacerse fuerte con sus pares kirchneristas y a menudo realiza encuentros institucionales que en el fondo sólo tienen una intención política. Todavía ligado al kirchnerismo, el villamariense prepara su ejército.

Schiaretti toma nota mientras desafía al presidente Alberto Fernández y a todo el kirchnerismo con un perfil muy crítico de la gestión del Frente de Todos. El gobernador tiene como meta asegurar que el peronismo continúe en el poder y evitar la llegada de Juez. Esa es su meta, mientras manda a decir que trabaja en su proyección nacional, lo que entusiasma a dirigentes que saben que dentro de un año y medio pueden quedar sin trabajo.

Aquí los vaivenes de la interna se agigantan y van más allá de los límites de la provincia porque se termina siempre evocando a los dos protagonistas de fondo de la política argentina: Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Hasta allí llega el viaje de esta película en la que todo tiene que ver con todo.