Sin dudas la realidad superó la ficción. Al decir verdad, si hay un efecto de esta pandemia en millones de personas se llama “retrospección”, estado que nos lleva a meternos para adentro de nosotros mismos, un estado de reflexión constante a falta de acción. Aunque es verdad que existe la necesidad de opinar, la pregunta es desde dónde lo hacemos. Desde qué rol y con qué grado de responsabilidad nos lanzamos a opinar sobre esta situación, ya que nos sabemos si es bisagra o coyuntura.

 Por mi parte, definí no salir ligeramente a interferir sobre una realidad sólo modificable por quienes nos gobiernan. Cuando Cristina Fernández de Kirchner dijo que no iba hablar porque en estas situaciones de gravedad sólo conduce una persona y es el presidente, tomé nota de la importancia de esas palabras. En consecuencia resolví no intentar ser quien represente algunas voluntades aisladas o, en su caso recoger la crític,a de los que esperan buscar culpables.

  Las noticias diarias del mundo son catastróficas, que van desde que Estados Unidos y China entran en una guerra fría, que la crisis económica que generaría la pandemia seria asimilable a una tercera guerra mundial, que las fosas comunes en los países negacioncitas  del virus es tapa todos los diarios, que el covid19 vino para quedarse y el mundo tendrá que adaptarse a una nueva realidad. Que ya  superamos los 400 mil muertos y que aún seguimos sin cura.

 Yo diría que un 90 por ciento de los países del mundo terminaron declarando la cuarentena como medida sanitaria para ganar tiempo y preparar su sistema de salud pública, evitando contagios masivos que pondrían en crisis los mismos.  Esas cuarentenas que se prolongan en diferentes fases que van y vienen son claramente herramientas propias diseñadas por los sanitaristas, expertos en los asuntos epidemiológicos, no son herramientas de la política. En todo caso los gobiernos toman una definición que se presenta como tajante: hacer caso o no a esas recomendaciones, priorizando la salud ante todo y eso es primero ante la posibilidad de la muerte. Esto ante la posibilidad que todos nos contagiemos y contagiemos y generemos más muertes. Pareciera ser que 400 mil muertos no alcanza para que se comprenda la gravedad de la situación. No creo que exista el trasnochado que crea que de ésta salimos mejor, si claramente se presentan oportunidades cuando intentamos ser optimistas, pero la economía del país cayo en un 11 por ciento y el pico de muertes aún no llego y no sé si llegara.

Hoy lei una nota de Joaquín Morales Sola en el diario La nación, en la que expresa la  necesidad de invocar la existencia del derecho a la libre expresión para decir lo mismo que viene diciendo hace 40 años, desde que entrevistó a Domingo Bussi con sus aduladoras muletillas de periodista que necesita que todos sepamos que no es ni será nunca independiente. O mejor dicho, resulta obvio y hace poco por ocultarlo.

En la nota del dia de la que hablamos, Morales Sola protestá, acusando al gobierno de Alberto. Dice que estamos en un estado sitio y que no se puede hablar de economía, como si el resto de los mortales que vivimos en este país no leyéramos ni nos informáramos sobre economía. Tanto sabe el pueblo argentino de economía que entiende perfectamente las consecuencias del  saqueo, la deuda externa, la timba financiera y la fuga de capitales del gobierno anterior. Que Alberto tiene no sólo que resolver ese país, sino también el país de la pandemia mundial. Todos sabemos y hablamos de economía, que los acreedores privados no quieren aceptar la oferta del gobierno y que el FMI dio el apoyo a la Argentina, que diferentes rubros  ya comenzaron a producir y que muchos sectores nunca dejaron de producir porque son servicios esenciales. Podríamos seguir relatando aspectos de la economía que cualquier lector o persona informada puede dar fe. Ahora este antiguo vocero del grupo nos llama a  un debate sobre economía, porque recordemos que dice que no se puede hablar de economía pero todos hablamos y también nos sorprendió tomando un tópico original, al menos para él, que es el debate sobre las libertades individuales, invocando al miembro de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti diciendo algo que pareciera que les hubiera dado luz a su perturbada situación de “angustia”. En ese sentido, dijo que la cuarentena debe tener límites temporales -vaya novedad-, y claridad. ¿Será que están tan preocupados por creerse sus propias mentiras sobre el aprovechamiento de la cuarentena eterna de Alberto y Cristina y el peronismo, que irremediablemente Argentina caerá en un régimen autoritario suspendiendo derechos y libertades? Este debate al que quieren llevar a la sociedad argentina y que según Morales Sola recién empieza.

Claramente sabemos a qué apalearan sin escrúpulos para usar los medios de comunicación y generar un pánico social inexistente. Todos sabemos que las grande empresas perdieron y, de hecho,  muchas aprovecharon para reducir personal como así mismo algunas administraciones publicas achicaron. Eso no sería novedad, sino la elemental reacción del que primero piensa en la plata después en las personas, básicamente son las torpes y obvias medidas propias de los neoliberales.¿ Sera que el miedo pasa por ahí, que se debilitó el libre mercado y es posible que los estados queden fortalecidos?, ¿será que eso esta desvelando a Morales Sola? Creo que nunca lo vi tan preocupado por las libertades individuales de la personas. 

También el periodista acusa que el presidente tiene la suma del poder público, pero no repara que al poco tiempo de seguir su angustiante testimonio dice que la prórroga de la feria judicial es responsabilidad del Poder Judicial y no dice que el Congreso está sesionado de manera virtual, como si estuviera negando esa existencia que me hace, al menos, dudar que luego no intente generar innumerables planteos de inconstitucionalidad de las leyes que se aprueben en estos tiempos de virtualidad. Habla de la suma del poder público como una muletilla liviana, pero es una prohibición constitucional, que sin cuidar un segundo lo caro de esa construcción, la invoca para esmerilar la gobernabilidad de Alberto,  o quizá peor aún, advertido que los actos jurídicos que emanan de los gobiernos que ejercen la suma del poder público son actos nulos de nulidad absoluta, es que esté jugando a la ruleta rusa en esto tiempos.

 Pero hablemos de libertades: 200 personas marcharon el martes 26 a Plaza de Mayo a protestar por la continuidad de la pandemia; en Córdoba hubo reclamos de gremios y de médicos y, sin embargo, el periodista está preocupado porque Villa Azul esta cercada por la policía por el brote del virus. Vaya rara preocupación del periodista, porque hace años y años las villas están controladas de quienes entran y salen, vaya afirmación novedosa cuando es el mismo el que invirtió ríos de tinta para estigmatizar a las villas y responsabilizó a sus habitantes por las inseguridades. A propósito del asunto inseguridad, ya no hablan de eso.

A veces pienso que todo es mucho más complejo y dejo que la realidad transcurra esperando la virtud, o al menos la astucia. Pero no llega. Otras veces creo que el mundo ha caído en un atolladero y debe recuperar su sentido de pueblo y no dejarse perturbar por gente que escribe para que las cosas sigan como siempre. ¿O Morales Sola cree que nos va a convencer que el mundo esta gobernado por el populismo, como les gusta llamar a los gobiernos democráticos de Latinoamérica?

Pero esta vez  la realidad, supero la ficción, Morales Sola hace la apertura al debate nacional sobre la libertad. Viva la libertad de expresión, vamos a debatir porque este es un país democrático y en buena hora pongan en palabras sus ideas para salir de esta situación, ya es hora.